La minera de Bitcoin Greenidge anunció un acuerdo clave con el estado de Nueva York. La firma aseguró la renovación de su permiso ambiental por cinco años, impulsando sus acciones (GREE) más de un 37% este lunes 10 de noviembre. Este acuerdo de minería de Greenidge en Nueva York pone fin a una larga batalla legal con los reguladores estatales.
A cambio del codiciado permiso aéreo, Greenidge se comprometió a una reducción significativa de sus emisiones. La minera deberá reducir sus emisiones permitidas de gases de efecto invernadero en un 44% para 2030. Este ambicioso objetivo se alinea estrechamente con la ley climática estatal de 2019. Dicha ley busca una reducción estatal del 40% desde los niveles de 1990. Además, el pacto resuelve toda la litigación pendiente. Esto incluye la demanda que Greenidge presentó después de que el estado le negara el mismo permiso en 2022.
El Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York (NYSDEC) había rechazado previamente la renovación. La agencia citó el impacto negativo de las operaciones mineras en el medio ambiente hace tres años. Greenidge opera una planta de energía de gas natural en Dresden. Esta planta alimenta tanto sus operaciones de minería de Bitcoin como la red eléctrica estatal. La prolongada disputa ha sido un punto focal en el debate sobre el impacto energético de la minería de prueba de trabajo (PoW) en el estado.
¿Puede la minería de Bitcoin coexistir con objetivos climáticos ambiciosos?
La noticia fue recibida con euforia por el mercado. Las acciones (GREE) subieron más del 75% tras el anuncio del viernes fuera del horario de mercado, antes de estabilizarse en una ganancia del 37% el lunes. El acuerdo fue celebrado por actores locales. Roman Cefali, gerente comercial del sindicato IBEW Local Union 10, lo calificó como un «acuerdo de permiso nuevo y duro». Elogió a la gobernadora Kathy Hochul por «proteger los empleos sindicales bien remunerados y lograr un progreso ambiental real». Este pacto sienta un precedente clave para otras compañías mineras. Demuestra que es posible operar en jurisdicciones con estrictas regulaciones climáticas mediante la negociación y el compromiso.
Este acuerdo de minería de Greenidge en Nueva York marca un giro en la tensa relación entre la industria y los reguladores. Representa una victoria significativa para la empresa, que ahora tiene una hoja de ruta operativa clara para los próximos cinco años. Sin embargo, la industria minera en Nueva York aún enfrenta desafíos regulatorios inminentes. Recientemente, legisladores locales introdujeron un proyecto de ley. Este proyecto busca gravar a los mineros PoW por su consumo eléctrico, destinando los fondos a programas de asequibilidad energética. El debate sobre la energía y la minería en el estado está lejos de terminar.
