Ark Invest desplegó aproximadamente $42,2 millones en acciones relacionadas con criptomonedas, aprovechando una corrección del mercado. La compra se concentró en infraestructura y emisores de stablecoins mientras Bitcoin retrocedía hacia $88.000 y el índice CoinDesk 20 caía 0,66%. Esta operación se enmarca en una estrategia de usar caídas para reforzar exposición y llega en medio de una dinámica macro y regulatoria exigente.
Ark realizó asignaciones destacadas a tres emisores: $17,7 millones en Circle, $16,9 millones en Bullish y $7,6 millones en BitMine, sumando la cifra total citada por la firma. La maniobra mostró una preferencia por activos que soportan la infraestructura y la liquidez del ecosistema cripto, con énfasis en emisores de stablecoins.
La operación coincidió con un retroceso de Bitcoin a aproximadamente $88.000, marcado como un mínimo de casi siete meses, y con el CD20 en descenso del 0,66%. En paralelo, las probabilidades de un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal en diciembre cayeron hasta el 30%, un factor macro que suele intensificar la volatilidad en valores de crecimiento.
Además de estas compras, Ark mantiene una posición en Solmate que asciende al 11,5% y participó en una ronda de financiación de $300 millones destinada al tesoro y la infraestructura digital de Solana. Estas apuestas señalan un foco en vehículos que aportan liquidez y resiliencia al mercado.
Estrategia institucional y precedentes
La operación forma parte de una estrategia más amplia y cíclica de la gestora: en la primera mitad de 2025 vendió participaciones para tomar beneficios y luego reingresó en valoraciones más débiles. Entre las desinversiones previas se encuentran ventas por entre $12 y $12,5 millones en Coinbase y entre $44,8 y $110 millones en Circle, un patrón que resume una táctica de realización de ganancias en picos y reinversión en fases bajistas.
La compra de Ark se produjo en un momento de actividad institucional más amplia: otra entidad de gestión tradicional realizó adquisiciones significativas en cripto al mismo tiempo, con compras valoradas en $205 millones en Bitcoin y $40 millones en Ethereum, lo que sugiere una convergencia de interés entre gestores disruptores y actores convencionales.
En el plano operativo y de cumplimiento, las apuestas en empresas de infraestructura y en emisores de stablecoins pueden afectar la liquidez y la correlación entre mercados spot y de valores listados; asimismo, implican necesidades de custodia y controles AML/KYC más rigurosos para cumplir marcos regulatorios en evolución. Para equipos de producto y compliance, la combinación de posiciones en exchanges regulados y en emisores de liquidez exige supervisión de contraparte y gestión de exposición.
La compra de noviembre consolida la postura proactiva de Ark Invest: usar las caídas de mercado para reforzar exposición a infraestructura cripto y emisores de liquidez, manteniendo una visión de largo plazo. La operación refuerza el mensaje de interés institucional continuo, aunque condicionado por la dinámica macro y el escrutinio regulatorio.
