Vitalik Buterin, cofundador de la red, ha delineado recientemente un plan de emergencia de Ethereum para contrarrestar los riesgos inminentes que plantea el avance tecnológico. Citando investigaciones propias y datos de predicción, el desarrollador propone medidas drásticas, incluyendo bifurcaciones duras, para salvaguardar los activos de los usuarios ante una posible ruptura de los protocolos de seguridad actuales.
La preocupación central radica en la capacidad futura de las máquinas para ejecutar el algoritmo de Shor, diseñado específicamente para descifrar la multiplicación de curvas elípticas que protege las claves privadas. Según datos de la plataforma Metaculus citados por Buterin, existe un 20% de probabilidad de que esta tecnología rompa la criptografía moderna antes de 2030. Ante un avance repentino, la red implementaría un retroceso de bloques para revertir transacciones y congelaría cuentas vulnerables para evitar robos masivos.
¿Qué pasaría si la criptografía actual colapsa repentinamente?
Para mitigar estos riesgos a largo plazo, la estrategia se centra en la adopción masiva de billeteras de contratos inteligentes actualizables, conocidas como abstracción de cuentas. Estas herramientas permiten cambiar a firmas resistentes a la tecnología cuántica tan pronto como estén disponibles, ofreciendo una capa de seguridad proactiva. Por otro lado, aunque la blockchain actual sigue siendo segura, la necesidad de reemplazar componentes criptográficos subyacentes es imperativa para garantizar la integridad futura de las pruebas de conocimiento cero y las capas secundarias.
En el ámbito financiero, el token ha experimentado un noviembre difícil, con los ETF al contado registrando salidas históricas superiores a 1.420 millones de dólares, lo que refleja cautela en el mercado. Actualmente, el precio de Ether lucha por mantenerse sobre el soporte de los 2.829 dólares, un nivel crítico para evitar caídas mayores hacia mínimos anuales. Si los alcistas logran defender esta zona y romper la resistencia de 3.000 dólares, el activo podría buscar recuperar el nivel de los 3.500 dólares a corto plazo.
Finalmente, la seguridad de los fondos dependerá de la transición ordenada hacia nuevos estándares criptográficos y la vigilancia constante de las actualizaciones oficiales por parte de los usuarios. Aunque el escenario catastrófico aún parece lejano, la preparación anticipada es fundamental para evitar el caos operativo en la red. Asimismo, los inversores deben monitorear de cerca los indicadores técnicos como el RSI y el flujo de capital institucional, ya que definirán la tendencia del mercado en las próximas semanas.
