El precio de Ethereum ha extendido su tendencia bajista al iniciar el mes de diciembre, acumulando una caída aproximada del 30% durante el último trimestre. Según datos recientes proporcionados por la firma de análisis on-chain Glassnode y proyecciones del analista independiente Dom, el activo se encuentra actualmente en una encrucijada crítica que definirá su cierre anual, debatiéndose entre la defensa de niveles vitales o una corrección severa.
Al día martes, el token nativo puso a prueba la banda de desviación MVRV de -0.5σ (color verde azulado), situada cerca del rango de los 2.820 a 2.830 dólares. Si se confirma una ruptura técnica sostenida de este nivel de soporte, el valor del activo podría descender hasta el precio realizado de 2.500 dólares, el cual ha servido históricamente como un imán para el precio durante fases correctivas. Además, la formación de un patrón de banderín bajista en el gráfico diario amenaza con desencadenar una caída adicional del 20%, proyectando el valor hacia la zona de los 2.200 dólares.
Los indicadores técnicos actuales reflejan la fragilidad del mercado, donde las bandas MVRV son esenciales para comparar la cotización actual con los niveles de movimiento previos de los tenedores. Históricamente, perder la banda de -0.5σ ha precedido movimientos negativos significativos, como la caída del 40% observada en el mes de marzo, estableciendo un patrón de comportamiento cíclico preocupante. Por ende, la defensa de estos niveles es vital para evitar una liquidación más profunda en la economía de los criptoactivos y mantener la confianza de los inversores a largo plazo.
¿Podrá el mercado evitar un desplome del 20% hacia nuevos mínimos anuales?
Un movimiento descendente hacia el área crítica de los 2.200 dólares coincidiría con el retroceso de Fibonacci del 0.786 y un grupo de demanda previo registrado en abril. No obstante, el analista Dom sugiere que este descenso podría marcar un fondo local dentro de una estructura de cuña descendente. La resolución de esta formación técnica es determinante para los operadores a corto plazo, ya que, aunque las cuñas suelen romper al alza, una falla en este punto confirmaría la continuación de la fuerza vendedora predominante en el mercado.
A pesar del panorama sombrío inmediato, existe una posibilidad latente de recuperación si los alcistas logran romper la línea de tendencia superior de la cuña mencionada. De materializarse este escenario positivo, la cotización podría impulsarse con fuerza hacia el objetivo de los 3.550 dólares al entrar el año nuevo, alineándose con diversos modelos de valoración que consideran al activo infravalorado. De este modo, aunque el riesgo de caída persiste, la oportunidad de un repunte significativo mantiene vivas las esperanzas de los inversores más optimistas.
