El minero de Bitcoin Iren reveló este martes su intención de iniciar una significativa emisión de notas convertibles destinada a inversores institucionales. Según el comunicado oficial de la empresa, la operación estratégica busca levantar hasta 2.300 millones de dólares para reorganizar sus pasivos actuales de manera eficiente. Esta decisión financiera inmediata provocó una reacción adversa en el mercado bursátil, afectando la valoración de sus títulos a corto plazo.
La oferta privada se estructura en dos tramos principales: 1.000 millones de dólares con vencimiento en 2032 y otros 1.000 millones para 2033. Además, los compradores tendrán la opción exclusiva de adquirir 150 millones adicionales de cada serie, elevando el capital total potencial. La empresa utilizará los ingresos netos para financiar la recompra de sus notas pendientes con vencimientos en 2029 y 2030, optimizando su balance.
Este movimiento agresivo ocurre en un entorno operativo desafiante, donde el «hashprice» o rentabilidad de la minería ha tocado mínimos de cinco años. Por lo tanto, asegurar capital a bajo costo es vital para la supervivencia y expansión de las compañías del sector. La estructura de la deuda busca replicar condiciones favorables, similares a los bonos de cupón cero emitidos en octubre, reduciendo así los gastos por intereses.
¿Es sostenible la estrategia de deuda frente a la baja rentabilidad minera actual?
Las acciones de la firma retrocedieron un 5% durante la jornada del martes, cotizando cerca de los 45 dólares por unidad. Este nivel de precios representa una caída superior al 40% desde su pico alcanzado en noviembre, generando preocupación entre los inversores minoristas. Analistas sugieren que este descenso se debe a la cobertura delta realizada por los bancos involucrados, una dinámica técnica común en este tipo de transacciones.
Asimismo, es importante destacar que Iren no solo se dedica a la minería de criptomonedas, sino que también ofrece potencia de procesamiento para inteligencia artificial. Al diversificar sus fuentes de ingresos, la empresa intenta amortiguar la volatilidad inherente al precio de Bitcoin. Sin embargo, la presión de venta a corto plazo persiste, ya que el mercado absorbe la noticia de la nueva deuda y la posible dilución accionaria.
Para mitigar la dilución de los accionistas actuales, Iren planea implementar transacciones de llamadas limitadas (capped calls) junto con la oferta de deuda. De este modo, la empresa intenta equilibrar la necesidad imperiosa de liquidez con la protección del valor para el inversor a largo plazo. Los términos finales de la venta se definirán próximamente, marcando el rumbo financiero de la corporación para los siguientes años.
La situación de Iren refleja una tendencia más amplia en la industria, donde la gestión eficiente del capital es tan crucial como la potencia de hash. Se espera que los mercados sigan reaccionando a medida que se concreten los detalles de la emisión de notas convertibles. Los inversores estarán atentos a si esta reestructuración permitirá a la empresa navegar con éxito el entorno de bajos ingresos por minería.
