Una creciente ola de investigaciones y datos de mercado recientes sugiere que el impacto de la IA en el trading podría marcar el fin definitivo de la especulación humana tal como la conocemos hoy. Analistas financieros y expertos en criptoactivos debaten ahora una posibilidad alarmante: que la Inteligencia Artificial General (AGI) se convierta en el último creador de mercado. Este avance tecnológico eliminaría la volatilidad y las oportunidades para los operadores tradicionales en un futuro cercano.
Actualmente, la automatización ya domina el panorama financiero, con datos de la firma Kaiko revelando que más del 70% del flujo en bolsas como Binance es generado puramente por algoritmos. Durante auges recientes, como el de las memecoins en la red Solana, los bots superaron consistentemente a los humanos gracias a su velocidad y falta de sesgo emocional. Esta tendencia demuestra cómo los márgenes de ganancia se evaporan rápidamente cuando las máquinas asumen el control total de la ejecución de órdenes.
La diferencia crucial radica en que los modelos actuales son específicos, mientras que la AGI podría generalizar tareas y aprender de fuentes no relacionadas con mínima instrucción. En los mercados financieros, esto implicaría interpretar flujos de blockchain y riesgos geopolíticos en un sistema unificado capaz de realizar pronósticos en tiempo real. Se estima que el mercado de bots de comercio alcance los 75.500 millones de dólares para el año 2034, consolidando esta transición tecnológica hacia la autonomía total.
¿Representa la eficiencia perfecta de la AGI el fin definitivo de la rentabilidad para los inversores minoristas?
Por otro lado, los teóricos del mercado describen este escenario potencial como la «Paradoja de la Eficiencia Perfecta», donde la capacidad predictiva absoluta anula la competencia. Si un sistema inteligente puede anticipar la dirección del precio con precisión casi perfecta, el mercado se ajusta instantáneamente. Esto provocaría que los precios se muevan más rápido que la reacción humana, eliminando el arbitraje y convirtiendo la provisión de liquidez en un proceso puramente automatizado y no competitivo.
Figuras prominentes de la industria como Arthur Hayes y Vitalik Buterin han advertido que los sistemas avanzados eventualmente operarán mejor que cualquier humano en la economía digital global. El economista Alex Krüger describe un futuro de mercados hipereficientes sin margen para el error humano, donde la participación minorista se vuelve obsoleta. Esta dinámica podría crear un agujero negro de liquidez, donde el comercio continúa, pero la ventaja competitiva necesaria para el day trading deja de existir por completo.
Asimismo, DWF Labs señaló recientemente que los creadores de mercado impulsados por inteligencia artificial aumentarán drásticamente la liquidez, especialmente en activos más pequeños con libros de órdenes delgados. Sin embargo, esta eficiencia tiene un costo para el operador discrecional. Al eliminar las ineficiencias del mercado, se eliminan también las oportunidades de ganancia que los traders humanos han explotado históricamente, dejando el campo de juego exclusivamente para entidades con la mejor tecnología computacional.
¿Cómo transformará la supervisión humana el rol de los operadores en un entorno dominado por máquinas?
A medida que la automatización se acelera, el papel humano no desaparecerá del todo, sino que cambiará drásticamente hacia la supervisión de riesgos y la regulación normativa. Los expertos sostienen que la ejecución se trasladará a sistemas autónomos que aprenden de los resultados sin intervención manual. El futuro del trading dependerá de la capacidad para gestionar estas herramientas avanzadas, marcando una nueva era donde la intuición humana queda relegada a la interpretación de eventos excepcionales fuera de los modelos.
Para finalizar, la llegada de la AGI plantea un horizonte donde la estabilidad del mercado es máxima, pero la participación humana directa es mínima. Aunque la tecnología promete eliminar la manipulación y mejorar la liquidez, también amenaza con cerrar la puerta a la generación de riqueza individual a través del trading. Los mercados se preparan para una transformación irreversible hacia la eficiencia absoluta, donde solo los sistemas más avanzados podrán sobrevivir y prosperar.
