El CEO de BlackRock, Larry Fink, señaló que ve a Bitcoin impulsado por el miedo mientras indicaba una postura más suave hacia las criptomonedas, un cambio retórico respecto a la cautela institucional previa.
Larry Fink caracterizó a Bitcoin como “un ‘activo del miedo’”, enmarcando al token principalmente como un instrumento adquirido en reacción a la ansiedad del mercado más que por fundamentos de flujo de caja. La observación sugiere una revaluación matizada, no un respaldo inequívoco ni el lanzamiento de una oferta específica, y acota que “activo del miedo” se refiere a coberturas ante riesgo sistémico percibido o a especulación en periodos de incertidumbre.
La declaración combina un distanciamiento de un apoyo categórico con un lenguaje menos adversarial. Ese ablandamiento retórico puede influir en deliberaciones dentro de gestores de activos, donde las comunicaciones públicas moldean comités de riesgo, equipos de producto y diálogos con clientes, aun cuando no se traduzcan de inmediato en métricas on‑chain.
Implicaciones para Bitcoin, los flujos institucionales y el cumplimiento
Un replanteamiento desde un alto ejecutivo puede ajustar política interna y estrategia de cara al cliente sin alterar indicadores on‑chain. Para equipos de producto, una postura pública más suave puede reducir el umbral para revisar opciones de custodia, presentaciones ante la Securities y la exposición a tokens en estrategias discrecionales; para cumplimiento y distribución, puede activar revisiones de contrapartes de custodia, procesos KYC/AML y del marco regulatorio aplicable a exposiciones tokenizadas.
La liquidez y las entradas/salidas pueden responder a cambios de percepción: si clientes institucionales infieren menor riesgo reputacional por el lenguaje de BlackRock, la demanda de exposiciones gestionadas podría aumentar; a la vez, describir a Bitcoin como impulsado por el miedo subraya la persistente volatilidad y el papel del apetito de riesgo como determinantes del precio. Estas dos dinámicas —demanda guiada por percepción y conciencia de la volatilidad— probablemente dominarán las discusiones entre asignadores que evalúan impactos en el NAV y la composición del AUM.
El comentario marca un cambio retórico que podría recalibrar deliberaciones internas en BlackRock e influir en el apetito institucional por productos vinculados a Bitcoin. Los participantes del mercado y los equipos de cumplimiento deberían monitorear declaraciones públicas posteriores y cualquier presentación formal que aporte evidencia concreta sobre cambios de producto o políticas.
