La industria de los activos digitales comienza el nuevo año con una mezcla de triunfo y escepticismo político. A pesar de los avances regulatorios recientes, el cabildeo en Washington se muestra cada vez más convencido de que la codiciada ley de estructura de mercado no logrará superar el Senado en los próximos meses. Sander Lutz, analista de políticas, advierte que el calendario legislativo se verá interrumpido por las campañas de mitad de período.
Por ello, la legitimidad permanente de los tokens sigue siendo el gran desafío pendiente para el ecosistema financiero actual. Asimismo, esta normativa busca establecer un marco legal claro para todos los emisores de activos digitales en Estados Unidos.
Muchos líderes del sector sostienen que la complejidad de la propuesta dificulta su aprobación rápida bajo el clima político actual. Por otra parte, las recientes acciones pro-cripto de la SEC y la CFTC han reducido la sensación de urgencia entre algunos legisladores.
Por lo que, el impulso para una reforma legislativa profunda parece haberse enfriado debido a las nuevas exenciones administrativas. De este modo, el mercado comienza a adaptarse a las normas dictadas directamente por los organismos reguladores federales este diciembre. Asimismo, la falta de un consenso bipartidista sólido ralentiza cualquier avance significativo en la cámara alta estadounidense.
No obstante, la ausencia de una ley formal genera preocupaciones sobre la estabilidad institucional a largo plazo para las empresas. Algunos expertos advierten que depender únicamente de la voluntad de la administración de turno es un riesgo operativo elevado.
La industria podría enfrentar nuevas batallas legales si cambian los liderazgos políticos en el futuro cercano. Además, la percepción pública de inseguridad persiste mientras no exista una protección legal ratificada por el Congreso nacional. Por tanto, el establecimiento de estándares de cumplimiento rigurosos es vital para atraer a los inversores más conservadores.
¿Podrán los reguladores actuales suplir la falta de una legislación federal definitiva?
Paul Atkins, actual presidente de la SEC, ha sugerido que la agencia ya posee autoridad suficiente para supervisar el sector eficazmente. Según sus declaraciones, las leyes de valores de 1933 y 1934 proporcionan una base sólida para otorgar exenciones y regular activos. Por ende, el enfoque administrativo podría sustituir la necesidad de una nueva ley durante el ciclo comercial de 2026.
Sin embargo, esta estrategia de regulación mediante exenciones no ofrece la misma permanencia que una norma aprobada por vía legislativa. Además, la coordinación entre las diferentes agencias federales sigue siendo un punto de fricción para las empresas tecnológicas.
Por otro lado, existe el temor de que se pierda una oportunidad histórica para formalizar el sector Web3 globalmente. Si la ley de estructura de mercado fracasa este año, el estancamiento podría prolongarse hasta después de las elecciones de mitad de periodo. Por ello, algunos activistas insisten en presionar al Senado para lograr una votación antes de la primavera próxima. I
gualmente, la competitividad tecnológica de los Estados Unidos frente a otras jurisdicciones depende de la claridad de sus reglas financieras. Por tanto, la madurez del mercado exige soluciones permanentes y no solo parches administrativos temporales este año.
Finalmente, el 2026 definirá si el triunfo regulatorio actual es una base sólida o simplemente un respiro momentáneo para el sector. Las criptomonedas han demostrado su resiliencia, pero la infraestructura legal sigue siendo el eslabón más débil de la cadena institucional. Por tanto, la transparencia en las negociaciones políticas será clave para determinar el futuro de la inversión digital a gran escala. De igual forma, el compromiso de las grandes compañías del sector con la autorregulación ayudará a mitigar los riesgos mientras el Congreso decide actuar.
