Dogecoin (DOGE) cotiza entre 0,17 y 0,22 dólares, con una capitalización bursátil cercana a los 30.000 millones de dólares. Los gráficos sugieren que el reciente retroceso podría estar a punto de terminar. Sin embargo, el riesgo sigue siendo elevado, ya que un puñado de direcciones poseen la mayoría de las monedas, una dinámica que puede socavar a los usuarios minoristas, los custodios y los equipos de productos.
La concentración de la oferta es el principal punto débil: diez carteras controlan el 46% de todas las monedas, lo que da a las «ballenas» el poder de influir en el precio. Las señales en cadena refuerzan este riesgo, con un solo movimiento de ~900 millones de DOGE (más de 200 millones de dólares) hacia las bolsas, un patrón que a menudo precede a la venta y a una presión bajista inmediata.
El interés abierto en futuros cayó de 5350 millones de dólares a 3240 millones. Mientras que las direcciones activas diarias descendieron de 1,65 millones a 58.000, lo que indica una disminución del compromiso junto con una liquidez cada vez más escasa.
¿Por qué Dogecoin tuvo un fuerte retroceso?
La estructura técnica se inclina a la baja: DOGE registra una cuña ascendente —dos líneas de tendencia al alza que se estrechan y que a menudo rompen a la baja— mientras que el RSI retrocede desde la sobrecompra. Juntos apuntan a una caída hasta los 0,12 dólares (alrededor del -45%) si se rompe el soporte.
Dogecoin emite nuevas monedas en cada bloque y no tiene límite de suministro; alcanzar 1 dólar implicaría aproximadamente 146.000 millones de dólares en valor de mercado. Un nivel que requiere una compra constante que rara vez se ve en activos impulsados por el hype.
La liquidez y la volatilidad pueden seguir siendo inestables. Las ventas de los grandes inversores pueden hacer bajar el precio entre un 20% y un 45% en cuestión de horas. Esto tensiona los libros de órdenes y reduce los márgenes de los futuros durante los movimientos bruscos.
La adopción institucional se enfrenta a dificultades debido a que la escasez de oferta y la escasa utilidad debilitan los argumentos a favor de la custodia y el cumplimiento de las normas AML/KYC para los fondos regulados, lo que limita una participación más amplia.
El riesgo minorista sigue siendo elevado. Esto se debe a que la propiedad sesgada aumenta las probabilidades de pérdidas rápidas para los compradores. Sobre todo para los que carecen de protecciones sólidas en materia de cumplimiento y se enfrentan a fluctuaciones bruscas de los precios.
La confianza del mercado es frágil cuando los precios se basan en cifras públicas y en unas pocas carteras, lo que suscita preocupaciones en materia de reputación y gobernanza que pueden amplificar las caídas.
El próximo movimiento de DOGE depende de dos factores rastreables: cómo actúan las principales carteras y si vuelve el interés por el mercado al contado y los futuros. Los modelos indican un precio medio de 0,25 dólares en 2025 (con un rango de 0,14 a 0,731 dólares), lo que convierte a 2025 en una prueba para ver si Dogecoin puede retener a los compradores una vez que la especulación se desvanezca.