CleanCore Solutions anunció una acumulación masiva de Dogecoin que supera los 600 millones de DOGE, tras destinar $175 millones mediante una colocación privada a una tesorería en DOGE. Esta maniobra provocó movimientos bruscos y una caída cercana al 60% en su acción, reabriendo el debate sobre el uso de criptomonedas como reserva corporativa. La decisión impacta a inversores, proveedores de liquidez y al propio mercado de DOGE.
Contexto e impacto
CleanCore cambió su enfoque de negocio de soluciones de limpieza a una estrategia para construir una “reserva” en Dogecoin, según comunicados de la empresa. Tras revelar la recaudación privada de $175 millones, la acción cayó casi 60%, reflejando el nerviosismo por destinar capital operativo a un activo de alto riesgo.
Posteriormente, la compañía añadió 100 millones de DOGE más, llevando las reservas por encima de 600 millones, con apoyo declarado de Dogecoin Foundation y House of Doge. La tesorería comenzó el 5 de septiembre de 2025, y según datos citados por la empresa, el precio de DOGE subió desde aproximadamente $0,2417 hasta un rango entre $0,27 y $0,30 desde entonces.
CleanCore declaró la ambición de controlar hasta el 5% de la oferta circulante de Dogecoin, con un objetivo inmediato de alcanzar 1.000 millones de DOGE en los próximos 30 días, metas que condicionan la exposición al activo. Marco Margiotta, Chief Investment Officer de CleanCore y CEO de House of Doge, señaló:
«Nuestro enfoque transparente de acumulación ya está contribuyendo positivamente a la confianza del mercado en el potencial a largo plazo de DOGE«.
Esta narrativa contrasta con los indicadores financieros de la compañía: ingresos estancados en $1,59 millones en los últimos tres años y un BPA de -0,15.
-
Colocación privada de $175 millones para la tesorería en DOGE.
-
Reservas actuales de más de 600 millones de DOGE.
-
Objetivo de 1.000 millones de DOGE en 30 días.
-
Meta de controlar hasta el 5% de la oferta circulante de DOGE.
Implicaciones
La operación concentra riesgo en el balance de una empresa con métricas operativas débiles y, al mismo tiempo, evidencia la capacidad de compras institucionales para influir en la percepción y el precio de un token con oferta elevada. Analistas elevan la probabilidad de que un ETF spot de DOGE en EE. UU. se apruebe (estimado en 79% en algunos análisis), lo que introduce variables regulatorias y de demanda adicionales.
Para distintos grupos de interés, las consecuencias divergen: los accionistas enfrentan dilución y volatilidad; usuarios y holders de DOGE experimentan mayor presión compradora; y potenciales reguladores observan un caso de tesorería corporativa que mezcla activos tradicionales con criptoactivos. El desenlace dependerá de la ejecución y del comportamiento del mercado cripto en un entorno aún incierto.
