El mercado de activos digitales en Norteamérica sufrió un duro revés esta semana con una retirada neta de 952 millones de dólares. Según datos de CoinShares, esta es la primera vez en un mes que los productos de inversión registran flujos negativos.
La incertidumbre sobre la regulación de criptomonedas en Estados Unidos ha provocado pánico entre los grandes inversores institucionales locales. El retraso en la votación del Senado respecto a la Ley CLARITY fue el detonante principal de este movimiento. La noticia fue confirmada por el periodista Hassan Shittu tras analizar los reportes financieros más recientes.
Ethereum fue el activo más afectado por esta tendencia, registrando salidas que superaron los 555 millones de dólares. Por su parte, los productos basados en Bitcoin sufrieron retiros por un total de 460 millones de dólares. La sensibilidad del mercado ante los cambios legales es ahora más evidente que nunca en el ecosistema digital.
Los analistas financieros observan con preocupación la falta de dirección clara desde los organismos legislativos en Washington. Además, el valor total de los activos bajo gestión ha descendido hasta los 46.700 millones de dólares.
No obstante, mientras los gigantes sufren, otros activos como Solana y XRP han logrado sobrevivir a la marea roja. Solana atrajo 48,5 millones de dólares en nuevas inversiones, mientras que XRP sumó 62,9 millones a sus fondos. La acumulación sostenida en estos activos alternativos sugiere una diversificación estratégica por parte de los operadores actuales.
La confianza en las redes escalables de tecnología bloques parece mantenerse firme pese al ruido político imperante. Por lo cual, el interés institucional se desplaza hacia proyectos con marcos operativos aparentemente menos conflictivos.
La parálisis legislativa en el Senado y su impacto en la confianza del inversor global
La relevancia de este hecho radica en que la Ley CLARITY busca definir si un activo es valor o mercancía. El zar de cripto de la Casa Blanca, David Sacks, anunció que el debate se pospone hasta enero. La demora en la aprobación de leyes federales ha enfriado el entusiasmo que rodeaba el cierre del año 2025.
De este modo, el marco normativo necesario para la expansión masiva de las finanzas on-chain sigue en espera indefinida. La regulación de criptomonedas en Estados Unidos enfrenta obstáculos políticos que dificultan la llegada de capital fresco.
Por otro lado, los senadores Tim Scott y John Boozman liderarán la revisión del proyecto de ley a inicios de 2026. Aunque la Cámara de Representantes aprobó la legislación en julio, el Senado ha ralentizado el proceso de forma considerable.
La falta de consenso bipartidista en el Congreso está castigando directamente la valoración de los fondos cotizados (ETFs). Ya que las presiones electorales comienzan a pesar, la seguridad jurídica para las compañías cripto parece alejarse del escritorio presidencial de Trump. El entorno regulado que demandan los inversores tradicionales se mantiene como una promesa pendiente de cumplimiento.
¿Lograrán Bitcoin y Ethereum recuperar el flujo positivo antes de la votación de enero?
Asimismo, la senadora Cynthia Lummis había sugerido previamente que la ley estaría lista antes de finalizar el presente año fiscal. Sin embargo, el reciente cierre gubernamental de 43 días interrumpió el calendario legislativo de forma abrupta y severa.
El pánico en los mercados de capitales es un reflejo de la fatiga del inversor ante las promesas incumplidas. Por lo cual, la regulación de criptomonedas en Estados Unidos es vista ahora con un escepticismo creciente por parte de Wall Street. La volatilidad de los precios seguirá ligada estrechamente a los titulares que surjan desde las oficinas del Capitolio.
Finalmente, el panorama para el inicio de 2026 dependerá exclusivamente de la celeridad con la que el Senado aborde el marcado de la ley. Se espera que la claridad estructural permita a las instituciones aumentar nuevamente su exposición a los activos digitales líderes.
El futuro de los fondos de inversión cripto está intrínsecamente conectado a la resolución de este conflicto legal y político. Por ende, los inversores deben prepararse para un mes de enero cargado de noticias regulatorias de alto impacto. La consolidación de Estados Unidos como capital mundial del sector depende del éxito de este marco normativo.
