Un flujo récord de 6.000 millones de dólares hacia productos de criptoactivos coincidió con el cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos. El movimiento refleja una respuesta institucional ante la incertidumbre macro y afecta a gestores de activos, equipos de producto y áreas de compliance de custodias y emisores de ETFs.
Los expertos atribuyen el salto de entradas a un bloqueo legislativo y a una mayor aversión al riesgo, con estimaciones de 6.000 millones de dólares en flujos netos hacia vehículos de inversión cripto. La demanda se concentró en ETFs y productos cotizados, consolidando su papel como canal de acceso preferente.
Las principales causas de este récord
El comportamiento de los principales criptoactivos fue dispar: Bitcoin mostró volatilidad, superó brevemente los 125 000 dólares y luego entró en una fase de búsqueda de precio. Ethereum y sus ETFs registraron flujos y, por momentos, un desempeño que superó al de Bitcoin. Los flujos hacia stablecoins alcanzaron 45.000 millones de dólares en el tercer trimestre de 2025.
El entorno macro, por su lado, añade presión a la demanda por activos alternativos. La deuda nacional de Estados Unidos se aproxima a 38 billones de dólares y crece en torno a 6.000 millones diarios, reforzando la narrativa de cobertura.
El shutdown en el Gobierno de Estados Unidos impacta la operativa regulatoria y el flujo de información. Durante el cierre, la SEC y la CFTC operan con plantillas reducidas, lo que incrementa el riesgo de retrasos en revisiones de ETFs y en acciones de supervisión. También puede producirse un “apagón de datos”: informes macro críticos como nóminas no agrícolas y CPI podrían demorarse, privando a traders y comités de inversión de señales clave de la Fed y amplificando la volatilidad de activos de riesgo.
Los ETFs captan una porción creciente de activos bajo gestión, con BlackRock y Fidelity como protagonistas en la distribución de entradas. Esto consolida su rol como puente entre capital institucional y criptoactivos.
Entradas concentradas pueden impulsar repuntes rápidos y elevar la latencia operativa en mercados y custodias, tensionando la formación de precio y la ejecución en picos de demanda.
Los retrasos en la revisión de productos y en la actividad supervisora aumentan la incertidumbre normativa, afectando calendarios de lanzamiento y procesos de aprobación.
La ausencia de datos macro y de supervisión plena puede incrementar la volatilidad y dificultar la gestión de riesgo de tesorerías y mesas de trading, elevando la necesidad de controles y escenarios de estrés.
El siguiente hito a monitorizar será la reanudación legislativa y la publicación de datos macro clave. Nóminas no agrícolas y CPI condicionarán la velocidad de aprobación regulatoria y ofrecerán señales determinantes para estrategias de producto y compliance.