Google ha reabierto la discusión sobre el Quantum Money. Un esquema de dinero digital cuya seguridad se apoya en propiedades físicas de la mecánica cuántica, en lugar de puzzles criptográficos. De materializarse, resolvería el doble gasto por ley física y afectaría a usuarios, redes de validadores e instituciones que dependen de blockchain, un debate que se acelera por estimaciones de expertos sobre una probabilidad significativa de que ordenadores cuánticos vulneren las criptografías actuales hacia 2035.
La idea central enfrenta blockchain con el teorema de no-clonado: mientras la primera asegura valor mediante pruebas computacionales distribuidas, el «Quantum Money» se apoya en que un estado cuántico arbitrario y desconocido no puede copiarse perfectamente, haciendo a los “billetes” cuánticos intrínsecamente infranqueables a la falsificación por duplicado.
En la práctica, el dinero cuántico evitaría un libro mayor global para verificar cada transferencia, habilitando validación local, menor consumo y transacciones más rápidas, frente a mecanismos de consenso que en blockchain consumen energía y añaden latencia.
Persisten barreras tecnológicas clave: controlar estados cuánticos, mantener coherencia a largo plazo y aplicar corrección de errores siguen siendo retos. Google ha avanzado con chips como el de 105 qubits, pero el salto a dispositivos que emitan, almacenen y verifiquen “monedas” cuánticas a escala sigue siendo lejano.
La comunidad blockchain impulsa defensas poscuánticas: hay esfuerzos de cifrado poscuántico, estandarizaciones y firmas resistentes para proteger libros contables y claves, lo que reduce la probabilidad de un reemplazo total y sugiere una posible coexistencia tecnológica.
¿Cómo podría funcionar el Quantum Money de Google?
En cuanto a la adopción, podría favorecer entornos regulados y bancos centrales por su trazabilidad selectiva y prueba física de autenticidad.
Aunque también existe cierto riesgo y liquidez, ya que la transición exigirá redefinir custodia y mecanismos de intercambio; el mercado podría fragmentarse entre activos cuánticos y resistentes a la cuántica.
A su vez, la regulación del modelo permitiría diseños que equilibren anonimato y trazabilidad, facilitando marcos legales para control de ilícitos.
El dinero cuántico desplaza la seguridad desde el coste computacional hacia principios físicos, pero los propios investigadores advierten que la viabilidad práctica depende de avances en corrección de errores y memorias cuánticas. Estos hitos determinarán si la transición es plausible en décadas o si queda como frontera investigadora complementaria a blockchains resistentes a la cuántica.
