En noviembre, los ETFs spot de Bitcoin y Ethereum registraron una salida neta combinada de $797 millones en un solo día, lo que precipitó una corrección en el precio de Bitcoin y elevó la aversión al riesgo. Este movimiento conecta flujos de ETFs, liquidez de mercado y sensibilidad a los datos macro, amplificando la respuesta de los participantes. La dinámica afecta directamente a gestores de activos, equipos de producto y áreas de compliance.
Los flujos muestran una tendencia sostenida de desinversión: en una semana reciente, los ETFs spot de Bitcoin acumularon más de $2.000 millones en salidas, la segunda peor racha registrada, según datos citados por Coincodex y OKX. Días concretos ilustran la magnitud: $566,4 millones el 4 de octubre y $536,4 millones el 16 de octubre, el mayor retiro diario desde agosto de 2025, de acuerdo con reportes compilados.
Ethereum no fue inmune: los ETFs de ETH registraron retiros diarios de $447 millones y una semana récord de salidas de $787,7 millones. Un ETF es un vehículo que replica el precio de un activo y se negocia en bolsa como una acción.
La presión de salida se trasladó a precio: Bitcoin cayó ~17,5% desde máximos de octubre y las liquidaciones superaron $1.300 millones. El activo retrocedió desde picos cercanos a $113.000 hasta niveles por debajo de $108.000, llegando a perforar la barrera psicológica de $100.000, según los datos citados. Mientras tanto, algunos productos, como los ETFs de Solana, han atraído entradas constantes, evidenciando una demanda selectiva en el ecosistema.
Contexto e impacto para Bitcoin
El entorno macro —dólar fortalecido, ajuste de liquidez y tono hawkish de la Fed— agrava el coste de oportunidad de activos no rentables. Los anuncios del FOMC han actuado como catalizadores de volatilidad, con movimientos de “buy the rumor, sell the news” en jornadas clave.
La confluencia de salidas de ETFs y presión macro implica menor liquidez y mayor volatilidad, elevando los costes de ejecución para gestores y market makers. Este entorno propicia la revisión de asignaciones institucionales y una potencial reducción del AUM en productos cripto. También se intensifica el riesgo reputacional y operacional para custodios y emisores ante reembolsos de gran escala. Finalmente, emerge una diferenciación de demanda, con “petrolización” del interés hacia ciertos altcoins y productos tokenizados.
El próximo hito que marcará la dirección de flujos y precio es la próxima decisión del FOMC y los datos macro asociados; estos eventos serán determinantes para la reconfiguración de asignaciones y la liquidez de productos spot en los próximos trimestres.
