ADA sufrió una caída del 16% después de que una transacción generada con ayuda de inteligencia artificial provocara una fractura temporal en la cadena de Cardano. El episodio activó una investigación del FBI y la suspensión de operaciones en grandes exchanges, comprometiendo la validación entre versiones de nodo y forzando parches urgentes para restaurar la historia única del libro mayor.
La perturbación, atribuida a un operador de stake pool identificado como “Homer J”, expuso un bug en bibliotecas antiguas que generó un fork temporal. Desarrolladores y operadores desplegaron actualizaciones de emergencia para estabilizar la red ADA y normalizar la operación.
La perturbación comenzó con una delegación malformada atribuida a “Homer J”. Esa transacción, aunque válida a nivel de protocolo para versiones de nodo más recientes, explotó un bug de deserialización en bibliotecas antiguas, lo que hizo que nodos diferentes procesaran los mismos datos de forma incompatible y generaran un fork temporal.
La red, basada en el consenso Ouroboros, resolvió la discrepancia en cuestión de horas —según reportes internos, dentro de 14,5 horas— sin necesidad de rollback completo ni pérdida de fondos de usuarios. No se registraron pérdidas directas de fondos, y la historia única del libro mayor fue restaurada con parches urgentes.
Respuesta, impacto de mercado y debate regulatorio
La reacción de mercado fue inmediata: exchanges como Coinbase y Kraken suspendieron depósitos y retiradas de ADA mientras evaluaban el estado de la red, lo que amplificó la caída de precio. La volatilidad reflejó la incertidumbre hasta que se estabilizó el consenso.
A nivel técnico, la recuperación rápida fue presentada por desarrolladores como una demostración de tolerancia a fallos del diseño de Cardano; el propio ecosistema defendió la ausencia de pérdidas directas de usuarios como un indicador de resiliencia frente a errores emergentes en entornos heterogéneos de nodos.
El incidente encendió un debate público sobre responsabilidad y límites en el desarrollo open source. Charles Hoskinson calificó el evento de “premeditated cyberattack”, defendiendo la vía legal y la necesidad de perseguir al responsable por el daño causado a la infraestructura pública.
Como contexto adicional, la integración de IA en herramientas de desarrollo y pruebas multiplica vectores de riesgo; en este caso, la transacción fue generada con apoyo de IA, lo que plantea nuevos requerimientos de control y auditoría para actualizaciones que involucren automatización avanzada.
El incidente demostró que una combinación de código legacy y transacciones avanzadas puede provocar interrupciones significativas, pero también que una coordinación rápida entre desarrolladores y operadores puede restaurar la integridad de la red sin pérdidas de fondos.
