El anuncio de un arancel del 100% de Trump sobre todo lo importado desde China en octubre de 2025 provocó un vuelco inmediato en criptomonedas y valores tecnológicos ligados a la inteligencia artificial. En cuestión de horas se registraron liquidaciones por 16.000-19.000 millones de dólares y el mercado perdió en torno a 400.000 millones. El episodio mostró cómo una declaración oficial puede activar una dinámica de pump-and-dump y obliga a revisar normas y controles de riesgo.
Una sola señal en contra del gobierno de Trump en un entorno que vive de rumores, bastó para disparar las ventas y el pánico entre compradores, arrastrando a la baja monedas digitales y acciones de empresas de IA. Las criptomonedas de baja capitalización y los tokens meme en blockchains de bajo costo fueron los primeros en resentirse, mientras una moneda política en una red de capa uno subió y cayó más del 50 % en minutos.
En bolsa, fabricantes de chips y compañías clave para la cadena de suministro de IA sufrieron recortes en estimaciones de ingresos y ventas en bloque. Según los informes, minutos antes del anuncio entraron depósitos millonarios a ciertos exchanges y se ejecutaron ventas en bloque después, generando ganancias rápidas y llamados de legisladores demócratas a que el regulador rastree compras y opciones abiertas horas previas al titular.
Implicaciones y claves para el mercado
El patrón es claro: la noticia enciende el “pump” y quien se coloca adelante ejecuta el “dump”, mientras bots de alta frecuencia y contratos de derivados amplifican el movimiento en segundos. Pump-and-dump: se infla el precio a propósito, se vende en el pico y quien llega tarde pierde.
La repetición de estas jugadas expone a firmas y plataformas a mayor escrutinio y a la necesidad de reforzar su gobernanza de riesgo. Se anticipan controles más estrictos en exchanges y derivados, además de posibles acciones legales si se detecta manipulación o falta de transparencia en la formación de precios y órdenes.
El siguiente paso es la respuesta oficial: investigaciones del regulador y posibles audiencias en el Congreso. Mientras tanto, gestores de producto y equipos de compliance deben acreditar quién operó qué y cuándo, y ajustar topes de riesgo antes del próximo shock político.
