La reciente caída de Bitcoin a 86K ha puesto en alerta roja a los analistas sobre la inminente llegada a una zona de capitulación crítica para el mercado de criptomonedas en general. André Dragosch, jefe de investigación de Bitwise en Europa, señaló públicamente que el activo digital se aproxima peligrosamente a niveles de precios fundamentales que podrían desencadenar un reinicio total del posicionamiento estratégico de los inversores globales.
Según el análisis detallado presentado por el experto, la teórica zona de «dolor máximo» se encuentra delimitada entre dos umbrales financieros cruciales correspondientes a los costos base de adquisición de los gigantes institucionales. Por un lado, el ETF IBIT de BlackRock mantiene un costo base promedio cercano a los 84.000 dólares, mientras que la masiva tesorería de la firma Strategy se sitúa alrededor de los 73.000 dólares.
Además, la dinámica negativa se ha intensificado con salidas masivas de capital, registrando el fondo IBIT su peor día histórico con retiros netos de 523 millones de dólares el martes, sumando un total preocupante de 3.300 millones en el último mes, lo que equivale al 3,5% de sus activos bajo gestión.
Este escenario representa un punto de inflexión técnico donde la valoración de mercado amenaza con perforar los precios de entrada promedio de los mayores participantes corporativos del sector. Dragosch describe estos niveles específicos como precios de «venta de fuego», sugiriendo que un fondo de ciclo definitivo podría formarse precisamente en este rango de precios.
Asimismo, la situación financiera de Strategy es particularmente delicada en este momento, ya que su valor liquidativo (NAV) ha caído recientemente por debajo de 1. Por lo cual, esto indica que el mercado está valorando sus acciones con descuento respecto a sus tenencias de Bitcoin subyacentes, lo que históricamente ha funcionado como una señal clara de aversión al riesgo y restricción de liquidez.
¿Podrá la incertidumbre macroeconómica frenar la recuperación?
La presión actual sobre el precio se ve exacerbada por un entorno macroeconómico incierto que podría restringir severamente la liquidez necesaria para un rebote inmediato en el corto plazo. Las expectativas de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal en su reunión de diciembre han disminuido drásticamente al 41,8%, complicadas por retrasos en la publicación de datos laborales clave debido a cierres gubernamentales.
Si la economía global no recibe el estímulo esperado de tasas más bajas, los analistas prevén que Bitcoin podría oscilar entre 60.000 y 80.000 dólares hacia el cierre del año, ya que las actas muestran un comité dividido que intenta equilibrar una inflación persistente del 3% con los riesgos de una flexibilización prematura.
A pesar del complejo panorama bajista a corto plazo, existen indicadores fundamentales sólidos que sugieren un potencial de acumulación latente para el próximo año fiscal. Las reservas de monedas estables en los intercambios centralizados han alcanzado un récord impresionante de 72.000 millones de dólares, un patrón de comportamiento que históricamente precede a los grandes repuntes alcistas de Bitcoin.
Por lo tanto, aunque el riesgo de una venta masiva persiste si se tocan los niveles de dolor, la inmensa liquidez acumulada podría actuar como un catalizador explosivo una vez que se disipe la incertidumbre actual sobre las políticas monetarias estadounidenses y se aclare el panorama regulatorio.
