El mercado global subió al unísono el 20 de octubre de 2025: Bitcoin cerró en $111,210.66 y las principales altcoins avanzaron mientras el Nikkei 225 alcanzó un máximo histórico de 49,185.50 puntos. El movimiento une los mundos de acciones y cripto y ya impulsa a gestores de fondos, equipos de producto y departamentos de cumplimiento a revisar coberturas y estrategias de liquidez.
Bitcoin volvió a cotizar por encima de $111,000 y cerró en $111,210.66, un nivel que hasta ahora servía de techo duro. Mientras tanto, Ethereum cerró por encima de $4,040 y la red procesó 1,74 millones de transacciones; el 60 % se movió por redes Layer 2, donde la comisión media fue de $3.78.
Los ETFs de ETH recibieron entradas netas de $216 millones y los grandes inversores acumularon 818.410 ETH (unos $2,5 mil millones), con lo que las reservas en exchanges bajaron a mínimos de varios años.
XRP llegó a $2.46 tras cerrar un litigio con un pago de $125 millones; el acuerdo reabrió la puerta a un ETF sobre XRP que, de aprobarse, traería unos $8.000 millones de flujo nuevo.
Solana superó $193 y ya suma 17 millones de direcciones activas; la comunidad aprobó la actualización “Alpenglow”, que acelera la finalización de bloques y reduce el consumo de recursos.
En Japón, el Nikkei subió un 3-3,4 % gracias a la estabilidad política y a datos económicos mejores de lo esperado, un optimismo que se contagió al mercado cripto.
Los principales motivos de las subidas en el mercado
El repunte conjunto eleva la demanda institucional de contratos spot y derivados, reflejada en el aumento de los funding rates y del open interest. Con menos monedas en exchanges, cae la profundidad de mercado, de modo que cualquier venta masiva provoca oscilaciones de precio más pronunciadas.
Las mejoras de red (Alpenglow, Layer 2) se vuelven factores críticos de coste y velocidad para los productos financieros que operan sobre esas cadenas. Las decisiones sobre ETFs y nuevos precedentes legales alteran el riesgo de cumplimiento, condicionando las políticas de los equipos de compliance.
Hay que vigilar dos temas: lo que decidan los reguladores sobre ETFs y cómo queda la liquidez en exchanges, y si las mejoras de protocolo reducen costes y latencia o generan nuevos problemas. Ambos puntos dibujan el plan de trabajo de producto y compliance en las próximas semanas.