Sarah Breeden, subgobernadora del Bank of England, advirtió que diluir las normas sobre stablecoins podría amenazar la estabilidad financiera del Reino Unido. Su mensaje enlaza riesgos de liquidez, pérdida de paridad y contagio sistémico, con implicaciones para emisores, bancos y reguladores. La advertencia llega mientras la consulta sobre el régimen para stablecoins sistémicas avanza hacia una implementación prevista para 2026.
Las salvaguardas propuestas buscan preservar la soberanía monetaria y prevenir corridas digitales que trasladarían riesgos al sistema bancario tradicional, según Breeden. De acuerdo con la consulta del regulador, los emisores de stablecoins sistémicas deberían mantener hasta el 60% de sus reservas en deuda gubernamental a corto plazo (gilts) y el resto en activos altamente líquidos y seguros.
Como freno macroprudencial, el marco provisional introduce límites temporales de tenencia: £20.000 para particulares y £10 millones para empresas, con el objetivo de mitigar la migración masiva de depósitos bancarios a dinero digital.
Las stablecoins, y la mirada del Bank of England
Breeden alertó sobre dos canales críticos de daño: la degradación de la calidad de las reservas, que eleva la probabilidad de pérdida de paridad (de-pegging), y la opacidad en auditorías y divulgación, que dificulta una intervención regulatoria oportuna. Para ella, «watered-down rules» equivalen a eliminar barreras esenciales contra riesgos de contagio.
En una formulación más directa, Breeden sostuvo: «Watered-down rules are not merely a concession to market demands; they are a direct pathway to insufficient reserve backing», priorizando la seguridad sobre la búsqueda de rendimiento.
Las consecuencias prácticas afectan adopción, liquidez y competitividad de los emisores en el Reino Unido, condicionando su modelo de negocio y su capacidad de escalar en un entorno regulado. Mayor preferencia por activos de alta liquidez implica elevar la proporción de gilts en reservas, lo que reduce el rendimiento disponible para los emisores y acota su margen financiero.
Freno a la escala rápida: los límites de tenencia restringen la migración masiva desde depósitos bancarios, pero también acotan la utilidad de las stablecoins a gran escala. Riesgo de arbitraje regulatorio: reglas estrictas pueden empujar a emisores hacia jurisdicciones con menor escrutinio, erosionando la igualdad de condiciones competitivas.
De cara a 2026, la implementación del régimen para stablecoins sistémicas buscará equilibrar viabilidad comercial con salvaguardas que, según el Bank of England, son indispensables para preservar la estabilidad financiera y contener riesgos de contagio.
