Diferentes analistas esperan ver a Doge en un dólar, lo que volvió a encender la discusión sobre si ese precio es alcanzable en 2025. La idea importa porque mezcla ruido en redes, compras de grandes tenedores y la chance de que entre dinero institucional, moviendo a traders, tesorerías que usan cripto y ahorristas con DOGE.
El caso alcista se apoya en apoyo de famosos, acumulación de ballenas y la posible llegada de un fondo que incremente la demanda. La historia reciente recuerda que cuando un líder tecnológico habla en público, el interés regresa y DOGE puede dispararse, amplificando los movimientos de corto plazo.
En datos de cadena, billeteras grandes han comprado decenas de millones de monedas; medios que rastrean esas cuentas reportan cerca de 30 millones de DOGE entrando en pocas semanas. Este patrón de acumulación sugiere presión compradora latente si el sentimiento mejora.
También se baraja un ETF sobre Dogecoin para 2025; el informe que circula le asigna 68 % de probabilidades de aprobarse, lo que abriría la puerta a fondos grandes y mayor liquidez, reconfigurando el perfil de participantes en el mercado.
En el gráfico, el análisis marca $0,40 como techo clave: si el precio lo rompe con volumen, podrían activarse compras por miedo a quedarse afuera, extendiendo la tendencia y atrayendo flujo adicional.
¿Puede DOGE llegar a $1?
El mismo informe advierte contrapesos: DOGE emite monedas de forma constante y no tiene tope máximo, elevando la oferta año tras año. Además, los indicadores señalan momentum débil y cruces bajistas, sumados a alta volatilidad, perfil especulativo y más reglas oficiales en camino, que elevan el riesgo de un golpe brusco.
Llegar a $1 en 2025 está en el aire y solo ocurriría si se alinean factores poco comunes. El rango que maneja el análisis va desde un escenario moderado de $0,73 hasta uno muy exagerado de $1,58 o incluso $2,28, siempre supeditado a catalizadores externos.
En resumen, el dólar es una opción, no un hecho: para que ocurra se necesitan a la vez ruido en redes, dinero institucional y que la inflación de monedas no empuje el precio abajo, todo sin señales técnicas negativas. El próximo punto a vigilar es una ruptura firme de $0,40 con volumen creciente y menos oferta en exchanges, combinación que, según el análisis, puede anticipar una escalada mayor.
