Según una noticia publicada recientemente por Bloomberg, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha abierto una investigación penal sobre el robo de activos de FTX valorados en 372 millones de dólares.
El 12 de noviembre, en medio de la insolvencia y la ruptura interna de la empresa, FTX emitió una advertencia a sus clientes sobre un comportamiento aberrante de la wallet en relación con al menos 228.523 Ethereum (ETH) que habían sido movidos fuera del exchange por un delincuente desconocido.
El 12 de noviembre, Reuters publicó un artículo en el que se afirmaba que SBF había instalado una puerta trasera en el software de contabilidad utilizado por FTX.
Según el informe, SBF fue capaz de transferir en secreto miles de millones de dólares a través de esta puerta trasera sin el conocimiento de los trabajadores o auditores. Se cree que en ese momento faltaban activos por un valor de entre mil y dos mil millones de dólares.
El 11 de noviembre, o la noche en que la empresa se declaró en quiebra, el consejero general de FTX US, Ryne Miller, reconoció que las transacciones se habían realizado sin autorización.
También dijo que la filial del exchange había trasladado todas las criptomonedas a cold wallets como medida preventiva.
Según el informe de Bloomberg, el National Cryptocurrency Enforcement Team (NCET), fundado en septiembre de 2021 con el objetivo de combatir la actividad criminal online y las operaciones ilegales con criptomonedas, está a cargo de la investigación.
Sam Bankman-Fried está siendo investigado por el presunto manejo indebido de miles de millones de dólares en efectivo de clientes para apuntalar FTX. Está siendo procesado por ocho cargos de conspiración y conducta delictiva relacionados con fraude electrónico, fraude de materias primas, fraude de valores, lavado de dinero y violación de las normas de financiación de campañas, y NCET está ayudando a los fiscales federales en Manhattan con el caso.
¿Dónde Está SBF Ahora?
Tras el pago de una fianza que fue noticia hace una semana, el delincuente conocido como Sam Bankman-Fried reside actualmente en la casa que comparte con sus padres en Palo Alto.
Bankman-Fried, que ahora tiene 30 años, también se vio obligado a entregar su pasaporte y a someterse a tratamiento por enfermedad mental y consumo de drogas como parte de las condiciones de su puesta en libertad.