El 30 de octubre de 2025, el Banco Nacional Checo (CNB) aprobó un «test portfolio» de $1 millón para experimentar con activos tokenizados, incluida Bitcoin. La iniciativa supone un paso operativo y regulatorio concreto para comprender custodia, cumplimiento y tokenización sin comprometer reservas significativas. El movimiento impacta a responsables de inversión institucional, equipos de producto y áreas de compliance que siguen la adopción de activos digitales por parte de entidades públicas.
En noviembre de 2025, el CNB lanzó una cartera experimental de $1 millón compuesta por Bitcoin, un stablecoin denominado en USD y un depósito bancario tokenizado, concebida como un laboratorio operativo de dos a tres años, de acuerdo con fuentes internas. El gobernador Aleš Michl había planteado previamente inversiones mucho mayores —llegando a sugerir «miles de millones» y hasta el 5% de las reservas en divisas (sobre unos $146.000 millones), alrededor de $7.300 millones—, pero la junta del banco rechazó esa magnitud y optó por una prueba contenida.
La cartera tiene objetivos explícitos: ensayar custodia segura y gestión de claves, diseñar controles de aprobación multinivel para transacciones, adaptar procedimientos contables y de auditoría para activos en cadena y evaluar procesos AML/KYC en el contexto de activos tokenizados. El CNB también pretende simular escenarios de crisis para medir la resiliencia operativa. En una frase: el piloto busca convertir teoría en práctica operativa sin exponer el núcleo de las reservas.
El componente de depósito tokenizado actúa como un puente hacia activos regulados, permitiendo probar cómo instrumentos tradicionales pueden circular en infraestructuras basadas en blockchain.
El alcance del test portfolio del CNB
La decisión refleja una estrategia de aprendizaje limitada con posibles efectos concretos. Primero, acelera la curva institucional en custodia y control de riesgos operativos; segundo, prueba soluciones de conciliación contable y auditoría de transacciones on-chain; tercero, aporta evidencia práctica para diseñar marcos AML aplicables a activos digitales; y cuarto, abre la puerta a futuros experimentos de mayor escala si los resultados lo permiten.
El próximo hito es el periodo de prueba de dos a tres años y la validación de procedimientos de custodia y auditoría; esos resultados serán determinantes para cualquier decisión sobre aumento de exposición o desarrollo de instrumentos tokenizados gobernados por el CNB. Relacionado: la iniciativa sitúa al banco checo en una ruta de aprendizaje operacional que varios pares internacionales han descartado por ahora.
