El oro ha tocado la franja de 4.370-4.380 dólares tras superar previamente los 4.000 y 4.200 dólares, dejando hitos como 4.338,72. Los analistas señalan que un cierre con volumen sobre ese techo abriría la puerta a una subida prolongada. El movimiento interesa a gestores institucionales, equipos de productos sintéticos y departamentos de compliance porque altera la liquidez, obliga a reponderar carteras y avisa de un riesgo de reprecificación inflacionaria.
El precio ha roto resistencias de años y ha dibujado banderines alcistas, al tiempo que la relación oro/Índice de Precios Industriales (PPI) ha roto al alza. El metal no solo sube en dólares, sino que gana poder de compra frente a los costes productivos, reforzando su papel de reserva de valor real.
De forma sencilla, una resistencia es un nivel donde históricamente aparece venta suficiente para frenar la subida; cuando se rompe con volumen, el mercado interpreta que la tendencia continuará al alza.
Las pequeñas caídas tras 4.335-4.382 y la consolidación al tocar 4.370-4.380 se consideran pausas saludables. La zona 4.318-4.305 funciona ahora como soporte a vigilar: si el precio rebota ahí, el gráfico apuntaría a un nuevo tramo alcista.
Fuera del gráfico, los bancos ajustan al alza sus objetivos: Goldman Sachs sitúa 4.900 dólares para 2026; otros escenarios contemplan 5.000 en 2027 e incluso 7.000 al cierre de la década si la macro no cambia.
Las claves para el mercado e instituciones
El conjunto de señales técnicas y fundamentales deja efectos concretos para inversores y custodios, desde la adopción institucional hasta la gestión de liquidez y el riesgo de cobertura frente a la inflación.
En lo que se refiere a adopción institucional: un breakout confirmado incrementa la demanda de oro físico y de ETFs, y eleva el patrimonio gestionado en productos ligados al metal.
Cada prueba de resistencia y cada corrección posterior aceleran la rotación; en los picos, el coste de ejecutar órdenes sube. Además, la mejora de la relación oro/PPI aumenta el poder adquisitivo real del metal y obliga a revaluar carteras que lo usan como cobertura.
La confirmación decisiva será sostenerse por encima de 4.335-4.382 durante varias sesiones; si ocurre, el mercado entraría en la siguiente fase alcista y las revalorizaciones obligarían a revisar políticas de custodia y límites de riesgo.