El responsable de investigación en divisas y activos digitales de Standard Chartered afirma que la fortaleza estructural de Bitcoin es ahora la base para el futuro de las finanzas descentralizadas. Sin ella, el avance de DeFi para competir con las finanzas tradicionales podría verse comprometido.
En un reciente informe, Standard Chartered sitúa a Bitcoin no sólo como un activo especulativo, sino como la capa base crítica para todo el ecosistema de finanzas descentralizadas (DeFi). El mensaje es contundente: si Bitcoin colapsa, la narrativa de que DeFi puede reemplazar o competir seriamente con las instituciones financieras tradicionales se debilita drásticamente. Esta visión eleva a Bitcoin de simple token volátil a un tema de estabilidad sistémica en la nueva era financiera.
El banco explica que Bitcoin actúa como el “activo ápice” de DeFi —el que sostiene el colateral, la confianza de red y los flujos de liquidez. Cuando las plataformas DeFi diseñan préstamos, staking o productos sintéticos, muchas asumen implícitamente un Bitcoin estable o en alza. Sin ese pilar, el riesgo de caídas en cadena y pérdida de confianza aumenta. Standard Chartered destaca que los niveles actuales de Bitcoin —y las recientes caídas por debajo de los US$100.000— podrían representar una última ventana de entrada para asignaciones institucionales de largo plazo, sugiriendo una estrategia de acumulación escalonada.
Bitcoin como “activo ápice”: por qué su estabilidad es clave para el futuro de DeFi
Desde el punto de vista técnico y estratégico, el banco propone un plan de compra en tres etapas: adquirir una primera parte en los niveles actuales, añadir más si Bitcoin cierra por encima de un umbral específico, y completar la asignación cuando la relación Bitcoin-oro supere un objetivo (indicando un rol creciente de Bitcoin como activo de reserva). Esto muestra el doble papel de Bitcoin: activo de mercado y fundamento para una nueva finanza. El informe también proyecta que los activos del mundo real tokenizados dentro de DeFi podrían alcanzar los US$2 billones para 2028, un crecimiento que depende en gran medida de la fiabilidad estructural de los rieles cripto.
No obstante, el análisis subraya también riesgos clave. La volatilidad de Bitcoin, la incertidumbre regulatoria y las presiones macroeconómicas (política de tasas, liquidez) podrían sabotear no sólo su precio, sino también la expansión de DeFi. Si Bitcoin no logra mantener soporte, los productos de DeFi podrían enfrentarse a estrés de redención, desenrollamiento de apalancamiento y pérdida de credibilidad.
Para los participantes del mercado, el mensaje está claro: vigilen los niveles de soporte de Bitcoin, los indicadores de red y los flujos institucionales —porque ahora representan más que rendimiento cripto, pueden ser el fundamento de DeFi.
En conclusión: la visión de Standard Chartered redefine a Bitcoin como no sólo un token, sino como el eje estructural en el paso de TradFi a DeFi —haciendo que su estabilidad próxima sea esencial para la próxima fase de la finanza.
