En 2025, empresas de viajes, de venta al por menor y de servicios financieros incorporaron pagos con criptoactivos como Bitcoin, Ether y XRP. El cambio impacta tanto la forma de pagar como el diseño de productos. Las principales plataformas de viajes, así como tiendas y bancos añaden cripto para bajar los costos y llegar a más usuarios.
El avance más visible se da en el sector viajes, donde CheapAir y Norwegian Air permiten pagar boletos con criptoactivos, señalando una integración rápida de este tipo de pagos para hacer reservas y para la emisión de tickets. En retail, Newegg y Microsoft ya aceptan Bitcoin, lo que lleva los pagos cripto a compras tecnológicas y ecosistemas de software, y amplía los escenarios cotidianos de uso.
Las ventajas de aceptar criptomonedas para las grandes empresas
En el terreno institucional, Ripple colabora con Ctrl Alt y el Dubai Land Department para tokenizar inmuebles en el XRP Ledger, dividiendo la propiedad en tokens para buscar mayor liquidez del mercado.
En Japón, SBI permite canjear puntos de tarjeta por BTC, ETH o XRP, insertando cripto en la banca actual y facilitando la adopción sin necesidad de comprar activos directamente, lo que reduce fricciones de entrada para nuevos usuarios.
A día de hoy, hay cuatro motores de adopción de esta modalidad de cobro: regulación más clara, demanda institucional, mejores redes y generaciones habituadas a activos digitales. Estos vectores combinan certidumbre normativa con madurez tecnológica y cambio demográfico, habilitando casos de uso a escala.
La adopción exige ajustes en producto y compliance: las pasarelas de pago cripto deben integrarse técnicamente, los controles KYC y AML requieren adaptación y la custodia demanda soluciones específicas. Aceptar cripto reduce comisiones y acelera la liquidación, pero obliga a reforzar la gestión de riesgo y la protección frente a hackeos.
La evolución de la regulación sobre ETFs y la puesta en marcha real de proyectos de tokenización. Equipos de producto y compliance deben priorizar integraciones técnicas, custodias y políticas KYC/AML, y vigilar procesos regulatorios que pueden modificar la accesibilidad o el tratamiento fiscal de las operaciones.