La racha ininterrumpida de entradas de capital en los productos de inversión vinculados al ETF de Solana llegó a su fin abruptamente este miércoles. Según los datos proporcionados por la plataforma de análisis SoSoValue, estos vehículos financieros registraron salidas netas por valor de 8.1 millones de dólares, marcando la primera sesión negativa desde su lanzamiento oficial y deteniendo una secuencia de acumulación de 21 días consecutivos.
El cambio drástico de tendencia fue impulsado principalmente por el fondo TSOL de la gestora 21Shares, que sufrió un retiro masivo de más de 34 millones de dólares en una sola jornada operativa. No obstante, la sangría fue parcialmente contenida por otros productos como el fondo de Bitwise (BSOL), que logró captar 13.33 millones de dólares, y el fideicomiso de Grayscale. A pesar del revés diario, el acumulado mensual de noviembre sigue siendo positivo, superando los 414 millones de dólares en entradas netas totales generadas.
¿Representa este flujo negativo un cambio de tendencia estructural en el mercado?
Este movimiento financiero coincide con una rotación visible de capital hacia los nuevos productos de XRP, que continúan sin registrar sesiones de salidas, y una notable debilidad en la actividad fundamental de la red. Datos de la firma de inteligencia Nansen revelan una caída del 16% en las tarifas de red y un descenso del 32% en el valor total bloqueado (TVL) desde su pico de septiembre, lo que sugiere una menor utilización real de la infraestructura blockchain subyacente actual.
La divergencia entre la acumulación institucional a largo plazo y el rendimiento del precio al contado refleja una tensión latente en el mercado criptográfico. Mientras los inversores institucionales mantienen colectivamente cerca de 1.000 millones de dólares en activos bajo gestión, el precio de SOL lucha por mantener soportes técnicos clave. Técnicamente, si el activo pierde la zona crítica de los 140 dólares, podría confirmarse una continuación bajista hacia niveles de precios inferiores.
Por otro lado, la caída en la actividad de protocolos principales como Jito y Raydium añade presión sobre la valoración fundamental del ecosistema. Los estrategas de mercado señalan que, aunque la demanda institucional sigue siendo elevada, el sentimiento de precaución y las ventas minoristas están pesando sobre la cotización. De este modo, la estabilidad del activo dependerá de su capacidad para atraer liquidez fresca.
El mercado permanece en una encrucijada compleja donde la volatilidad general y la consistencia de los flujos de fondos determinarán el rumbo a corto plazo. Los analistas esperan que la sensibilidad a los datos macroeconómicos se mantenga alta en las próximas semanas. Para retomar la senda alcista de manera convincente, será crucial que la actividad en cadena se recupere y acompañe el interés financiero.
