El precio de Ethereum vuelve a ocupar el centro de la discusión, con escenarios que plantean que, si se repiten patrones previos y coinciden factores técnicos y de adopción, ETH alcanzaría 12 000 USD. Esa cifra afecta a inversores institucionales y minoristas, a proyectos DeFi y a mercados de derivados, porque supondría un salto de liquidez y una carga adicional para la infraestructura de la red.
El argumento que apunta a 12.000 USD agrupa cuatro elementos que reaparecen en los informes: registros anteriores de subida, modelos técnicos sobre promedios largos, oleadas de adopción institucional y mejoras de protocolo. Este marco combina antecedentes de mercado, señales técnicas y avances de red como base del escenario alcista.
Tom Lee fija 12.000 USD y hasta 15.000 USD para 2025, mientras que Standard Chartered ubica 7.500 USD a finales de 2025 y 12 000 USD en 2026. El mismo escenario contempla que un avance de Bitcoin a 250.000 USD arrastre a Ethereum hacia ese nivel, ampliando el rango objetivo en el horizonte 2025-2026.
Entradas en ETFs, compras puntuales de firmas como BlackRock y máximos en open interest refuerzan el sesgo alcista. Estos flujos y señales de posicionamiento respaldan la tesis de mayor liquidez y participación del mercado en torno a Ethereum.
Las claves para que Ethereum alcance los 12.000 usd
Open interest: suma de contratos de futuros abiertos que mide la exposición total del mercado. Funding rates: pagos periódicos entre posiciones largas y cortas que alinean el precio de futuros con el spot. TPS (transacciones por segundo): las mejoras apuntan a 12.000 TPS en 2026, un objetivo técnico relevante para sostener incrementos de actividad.
Si se dan las condiciones descritas, aumentará la adopción institucional y crecerá la liquidez, al tiempo que se ejercerá presión sobre la escalabilidad. También crecerá la atención regulatoria sobre stablecoins y tokenización de activos, lo que aceleraría la integración con la banca tradicional y la formalización de flujos hacia productos regulados.
Los mismos factores generan riesgos: mayor apalancamiento en derivados, potenciales short squeezes que amplifiquen la volatilidad y desafíos operativos si las mejoras de capacidad se retrasan, especialmente si la actividad on-chain avanza más rápido que las actualizaciones previstas.
Los plazos 2025-2026 marcan el próximo hito, alineados con flujos hacia ETFs y actualizaciones de red que buscan 12.000 TPS. El objetivo de 12 000.USD dependerá de que coincidan esos factores, según los informes citados.