HSBC ampliará su servicio de depósitos tokenizados a clientes corporativos en Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos en la primera mitad de 2026. Este movimiento coincide con el creciente interés institucional por soluciones digitales frente a las stablecoins y con un entorno de mayor claridad regulatoria. En este contexto, los bancos globales buscan acelerar la liquidación en tiempo real sin renunciar al marco bancario tradicional.
Los depósitos tokenizados son representaciones digitales de pasivos bancarios emitidas dentro del ecosistema del propio banco y operan generalmente en cadenas privadas y permisionadas para mantener control, cumplimiento y la integración con los sistemas bancarios existentes. HSBC ya ofrece su Tokenised Deposit Service en Hong Kong, Singapur, Reino Unido y Luxemburgo y admite una cesta de divisas que incluye EUR, GBP, USD, HKD y SGD; con la expansión al Medio Oriente se añadirá el AED.
La solución permite transferencias intrabancarias wallet‑to‑wallet en tiempo real, diseñada para mejorar la gestión de liquidez y acelerar la tesorería corporativa. Un miembro destacado del equipo describió el potencial de estos productos como “un gigante dormido” listo para transformar la operativa de tesorería corporativa; la entidad ha probado además tokenización de bonos y experimentos de liquidación interbancaria en colaboración con terceros como Visa y Hang Seng Bank. Ant Group figura entre los clientes que han explorado el servicio para optimizar pagos transfronterizos.
Competencia y regulación para HSBC
La expansión de HSBC se enmarca en una competencia entre grandes bancos (JPMorgan, DBS, BNY Mellon, Citi, entre otros) que desarrollan infraestructuras tokenizadas y marcos de interoperabilidad cross‑chain para retar la adopción temprana de stablecoins públicas.
A nivel regulatorio, la aparición de marcos más definidos ha sido un factor determinante: la legislación estadounidense conocida como GENIUS Act y clarificaciones de autoridades como la FDIC han creado certezas operativas. La FDIC ha señalado que los depósitos tokenizados conservan las protecciones de seguro de depósitos tradicionales hasta $250.000 por depositante, lo que los diferencia de muchas stablecoins privadas que por lo general no cuentan con ese amparo.
Analistas y estudios citados en el debate del sector estiman que el mercado de stablecoins podría alcanzar $500–750 mil millones en 18–24 meses y situarse entre $1,9–4,0 billones hacia 2030, lo que subraya la magnitud del ecosistema que compite con soluciones bancarias tokenizadas.
La migración hacia depósitos tokenizados plantea desafíos técnicos —escalabilidad y puentes entre redes— y operativos —armonización regulatoria y estándares para deposit tokens, que serían versiones interoperables del concepto—. Para tesorerías corporativas, la principal ventaja inmediata es la reducción de ventanas de liquidación y mayor visibilidad en tiempo real; para el sistema financiero, el reto será preservar la “singularidad del dinero” mientras se acelera la innovación.
HSBC sitúa su servicio de depósitos tokenizados como una alternativa institucional a las stablecoins, con lanzamiento previsto en Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos en la primera mitad de 2026.
