El nuevo gabinete de Sanae Takaichi anunció un paquete de estímulo con rebajas fiscales para reactivar el consumo mientras intenta frenar la caída del yen. El plan, que supera los ¥13,9 billones (unos 92 000 millones de dólares), incluye la eliminación temporal del impuesto provisional a la gasolina. La doble tarea —impulsar la economía y sostener la divisa— inquieta a inversores, tesorerías cripto y mercados de derivados.
El anuncio provocó un movimiento inmediato en activos japoneses y en la divisa en los mercados globales, con impactos visibles desde las primeras horas posteriores a la comunicación oficial.
La estrategia de Takaichi combina gasto público expansivo y dinero barato, en línea con etapas anteriores. El ejecutivo prepara estímulos por ¥13,9 billones, suprime un recargo de 25,1 yenes por litro de gasolina y entrega créditos fiscales reembolsables a quienes perciben ingresos bajos, según Modern Diplomacy y medios locales. El objetivo es reactivar el consumo interno sin perder de vista la estabilidad cambiaria.
Las reacciones en el mercado frente a la estrategia de Takaichi
El mercado reaccionó de inmediato: el yen perdió terreno, las acciones japonesas avanzaron y activos tokenizados y Bitcoin cotizados en yen marcaron máximos históricos, reportaron AP y otras fuentes financieras. La expectativa de estímulo elevó el apetito por riesgo y encareció el apalancamiento en derivados.
La brecha de tipos entre Japón y EE. UU. se ensancha: en Japón el dinero sigue barato y en EE. UU. es caro, lo que empuja capitales hacia el dólar y debilita al yen. Editoriales recogidos por Mainichi alertan que más gasto y menos ingresos pueden agravar las cuentas públicas y erosionar la confianza en la deuda soberana. Además, el plan de defensa —cerca del 2 % del PIB y unos ¥43 billones en cinco años— añade un gasto estructural al déficit.
La expectativa de estímulo aumenta el apetito por riesgo, y los perpetuos y otros derivados muestran mayor open interest y saltos en el funding, según la prensa especializada. Los tipos bajos de Japón frente a los altos de EE. UU. mantienen al yen en la cuerda floja, y algunas proyecciones lo sitúan en ¥160 por dólar en 2025.
El próximo capítulo será la puesta en marcha del paquete de ¥13,9 billones y la reacción del Banco de Japón; ambos pasos fijarán en las próximas semanas la trayectoria del yen y el riesgo en derivados y activos tokenizados.
