Los reguladores bancarios globales están revisando los nuevos estándares diseñados para regular las exposiciones de los bancos al cripto después del acelerado crecimiento de las stablecoins. Esta revisión, lanzada pocos meses antes de la aplicación de las normas, evidencia la presión que el auge de esas monedas ha puesto sobre la formulación regulatoria original.
El marco regulatorio desarrollado por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea había sido interpretado por muchos bancos como una señal para evitar la adopción de criptoactivos, debido a las elevadas cargas de capital vinculadas con dichas exposiciones. Sin embargo, con el mercado de las stablecoins expandiéndose rápidamente, tanto en volumen como en uso, los reguladores ahora están proponiendo revisar esas reglas para asegurar que aborden los riesgos emergentes y la participación creciente del sistema bancario tradicional.
El detonante de este proceso es el desarrollo imprevisto de las stablecoins como instrumentos de pago, herramientas de tesorería y mecanismos de liquidación transfronteriza. Ese crecimiento ha generado inquietudes sobre si las exposiciones bancarias al cripto podrían escalar más rápido de lo que el marco regulatorio puede soportar.
Recalibración regulatoria en medio del crecimiento de las stablecoins y la exposición bancaria
Entre los asuntos que se están reconsiderando están el tratamiento de capital para las tenencias de stablecoins por parte de los bancos, la definición de “exposiciones cripto” en un escenario donde las stablecoins difuminan la línea entre instrumento de pago y activo financiero, y el riesgo de contagio derivado de un fallo o corridas de redención. Los reguladores también analizan cómo alinear las normas cripto con los estándares prudenciales bancarios sin asfixiar la innovación en pagos y liquidaciones.
La revisión subraya que los bancos podrían necesitar una guía más clara sobre cómo gestionar los riesgos de las stablecoins, incluyendo custodia, exposición al emisor tercero y respaldo de liquidez. Para las entidades que operan globalmente, esta recalibración indica que sus estrategias de cripto tendrán que adaptarse rápidamente para seguir el ritmo de los cambios regulatorios.
Desde un punto de vista estratégico, este pivote regulatorio es fundamental. Muestra que lo que hasta ahora se consideraba un segmento marginal —las exposiciones cripto en los bancos— ha entrado de lleno en el ámbito de la supervisión financiera general.
A medida que las stablecoins profundizan su rol en la infraestructura financiera, los reguladores envían una señal clara: los bancos no pueden tratar esta clase de activos como simples experimentos. La revisión también plantea dudas sobre los plazos: las normas estaban previstas para entrar en vigor pronto, pero la revisión sugiere que el estándar final podría postergarse o modificarse, generando un período de incertidumbre para los bancos que se preparan para cumplir.
En resumen: el auge de las stablecoins ha forzado un replanteamiento en el diseño de la regulación para la exposición de los bancos al cripto —evidenciando la tensión dinámica entre innovación, riesgo y supervisión.

