Strategy, anteriormente conocida como MicroStrategy, ha emitido una declaración oficial oponiéndose firmemente a los cambios regulatorios propuestos por Morgan Stanley Capital International. En una carta firmada por Michael Saylor y el presidente Phong Le, MicroStrategy rechaza propuesta de MSCI calificándola de discriminatoria y advirtiendo que malinterpreta la naturaleza operativa de las empresas con reservas de Bitcoin. Los ejecutivos sostienen que la medida trata injustamente a las compañías operativas como si fueran fondos de inversión pasivos.
En una detallada misiva de 12 páginas, la directiva argumentó que la empresa es un negocio operativo legítimo que utiliza sus reservas para emitir crédito y levantar capital productivo. La firma sostiene que el umbral propuesto del 50% para activos digitales es una medida arbitraria que no se aplica a otros sectores concentrados como el petróleo o los bienes raíces. Además, instaron al proveedor de índices a desestimar una regla que sofocaría la innovación financiera y dañaría la reputación del mercado de capitales.
Esta respuesta contundente surge después de que JPMorgan advirtiera sobre las graves consecuencias financieras que tal exclusión podría acarrear para el ecosistema general. Según las estimaciones del banco, la eliminación de la empresa de los índices principales podría desencadenar miles de millones en presión de venta forzada, afectando la estabilidad del precio de las acciones. Por consiguiente, la defensa de Strategy se centra en proteger no solo sus intereses, sino la viabilidad de las tesorerías corporativas modernas.
¿Podría esta decisión desencadenar una crisis de liquidez en el mercado?
La controversia nace de una consulta iniciada en octubre sobre la clasificación de tesorerías de activos digitales, lo que puso a varias firmas bajo revisión inmediata. El análisis de JPMorgan alertó que la exclusión podría provocar hasta 9.000 millones de dólares en ventas forzadas si otros proveedores siguen el ejemplo de MSCI. Esta situación ha encendido un debate crítico sobre si la exposición a Bitcoin debe limitarse exclusivamente a los fondos cotizados regulados o permitirse en balances corporativos.
Para Strategy, las consecuencias de una posible exclusión van mucho más allá de la simple elegibilidad del índice, afectando directamente su liquidez y aumentando su costo de capital. La medida podría restringir severamente el papel de las tesorerías corporativas como una vía legítima para que los inversores obtengan exposición indirecta a activos digitales. Esto plantea interrogantes estructurales profundos sobre cómo los mercados públicos deben adaptarse a la rápida evolución de las estrategias de reserva financiera en la era digital.
¿Es el Bitcoin un activo válido para los balances corporativos modernos?
Además, el debate subraya una cuestión fundamental sobre la neutralidad y consistencia que deben mantener los estándares de los índices globales frente a la innovación. La empresa insiste en que su modelo de negocio de software de 500 millones de dólares, combinado con su estrategia de tesorería, difiere fundamentalmente de un vehículo de inversión pasiva. Por ende, excluir a estas empresas limitaría artificialmente las opciones de los inversores y distorsionaría la representación real de la economía corporativa actual.
La consulta de MSCI permanecerá abierta hasta el 31 de diciembre, manteniendo a los participantes del mercado en vilo mientras el proveedor sopesa su decisión final sobre el asunto. Si se aprueba, la norma podría redefinir el panorama para las compañías pro-cripto, obligando a una reevaluación de las estrategias de inversión a nivel global. Por ahora, la industria espera ver si los argumentos presentados lograrán preservar la inclusión de estas empresas pioneras en los índices financieros clave del mundo.
