El cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos supera los 30 días y amenaza con batir el récord de 35 días de 2019. El mercado cripto sigue de cerca el impacto en la disponibilidad de datos económicos, la capacidad regulatoria y la percepción de riesgo institucional. La paralización, que drenaría unos $7.000 millones por semana y podría restar $14.000 millones al PIB, está generando volatilidad y flujos significativos hacia activos digitales.
El temor a un “data blackout” privaría a traders e inversores de señales macro como empleo, inflación y orientación de la Reserva Federal, un vacío informativo que, según analistas, amplifica la volatilidad y distorsiona la toma de decisiones en los mercados.
En la semana previa a finales de septiembre, Bitcoin cayó un 5,73% hasta $96.522, pero el mercado mostró una recuperación inusual: Bitcoin escaló hacia máximos históricos cercanos a $114.000 y Ethereum superó los $4.000, movimientos que reflejan un entorno de alta sensibilidad a titulares y flujos.
Se registraron entradas de capital destacadas, con flujos récord por aproximadamente $5.950 millones en fondos cripto y totales cercanos a $6.000 millones, según los datos compilados durante el episodio, sugiriendo una demanda táctica de exposición digital.
El salto en el mercado cripto tras el shutdown del Gobierno
La paralización de personal en la SEC y la CFTC ha retrasado decisiones regulatorias críticas, especialmente las relacionadas con aprobaciones de ETFs spot. Goldman Sachs proyectó inicialmente una resolución hacia la segunda semana de noviembre de 2025, mientras que las probabilidades en Polymarket pasaron del 84% a 66% para un cierre en octubre y apuntaron a una posible extensión hasta el 28 de noviembre, aumentando el riesgo de estancamiento en reformas y aprobaciones clave.
La combinación de parálisis regulatoria y fuertes flujos de mercado produce efectos contrapuestos: por un lado, la incertidumbre normativa puede frenar la adopción institucional y retrasar productos que ampliarían la liquidez; por otro, la llegada de capital refuerza la demanda y el soporte de precios a corto plazo. Persisten riesgos concretos como mayor volatilidad ante la ausencia de datos macro y demoras en definiciones sobre custodia, compliance y listados que aportarían claridad al ecosistema.
El próximo hito relevante es el 28 de noviembre, señalado por mercados de predicción como posible fin del impasse; hasta entonces, el criptoecosistema opera entre una mayor demanda de activos digitales y la incertidumbre sobre la normalización de decisiones regulatorias.
