David Schassler, director de soluciones multiactivos de VanEck, afirmó este 23 de diciembre que los activos de reserva escasos experimentarán un crecimiento histórico próximamente. El ejecutivo proyecta que el oro alcanzará los 5.000 dólares, impulsando simultáneamente un repunte masivo en el precio de Bitcoin. La debilidad actual del mercado criptográfico se interpreta como una fase de consolidación necesaria antes de un nuevo ciclo alcista.
Bitcoin ha quedado rezagado frente al Nasdaq 100 por un margen cercano al 50% durante el presente año fiscal. No obstante, Schassler explica que esta dislocación técnica está preparando el terreno para un rendimiento superior durante el 2026.
La firma ya se encuentra adquiriendo posiciones estratégicas para aprovechar el retorno inminente de la liquidez a los mercados financieros mundiales. De este modo, el gestor de activos reafirma su confianza en el potencial de recuperación de la moneda digital.
El gestor de VanEck estima que la desvalorización monetaria constante es el motor principal detrás de la demanda actual. Se espera que el oro mantenga su impulso alcista hasta alcanzar la marca psicológica de los 5.000 dólares por onza.
La escasez programática de los activos digitales líderes servirá como una cobertura efectiva ante la inflación estructural que afecta a las economías desarrolladas. Por lo cual, la rotación hacia activos duros se convertirá en la tendencia dominante para los inversores institucionales.
El papel estratégico de los recursos naturales en la infraestructura tecnológica
Asimismo, la demanda de infraestructura para inteligencia artificial está alimentando un ciclo alcista en los recursos naturales básicos. Estos activos tangibles proporcionan la base física necesaria para sostener la nueva economía digital y la robótica industrial hoy.
La inversión en infraestructura física es fundamental para sostener el crecimiento tecnológico acelerado que observamos en las principales potencias mundiales. Schassler destaca que los recursos del viejo mundo son esenciales para construir el futuro de la innovación global.
Además, el financiamiento de las deudas nacionales y las ambiciones políticas acelerará la emisión monetaria constante en los bancos centrales. En este escenario, el uso de la tecnología descentralizada se vuelve imperativo para salvaguardar el valor real del capital privado.
Los inversores institucionales rotan sus carteras hacia instrumentos que ofrezcan una escasez garantizada mediante algoritmos matemáticos o depósitos geológicos reales. Por ende, la combinación de oro y Bitcoin se posiciona como la estrategia de cobertura definitiva.
¿Logrará el Bitcoin superar su ciclo histórico impulsado por la devaluación monetaria?
Por otra parte, el retorno de la liquidez al sistema financiero beneficiará directamente a los activos que muestran una correlación histórica positiva con la masa monetaria. Se proyecta que el Bitcoin recupere su impulso alcista una vez que se estabilice el apetito por el riesgo global.
La vigilancia de las políticas fiscales y monetarias será la tarea primordial de los analistas para identificar el punto de inflexión del mercado. Muchos comerciantes esperan que este retroceso sea el preludio de una valoración mucho más agresiva.
Finalmente, el panorama para 2026 sugiere una transición profunda hacia activos con valor intrínseco y escasez verificable en el tiempo. Aunque la incertidumbre prevalece hoy, los fundamentos de largo plazo indican un horizonte muy optimista para los ahorradores digitales.
La confirmación de estas proyecciones financieras marcará el inicio de una nueva era para los mercados de capitales más importantes. De esta forma, la mirada del sector permanece atenta a la evolución de los indicadores macroeconómicos globales.
