Puntos clave de la noticia:
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La Guardia Civil desarticuló una red que estafó a más de 5.000 personas con falsas inversiones cripto y lavó más de €460 millones.
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El grupo operaba desde España, Hong Kong y otros países, usando cuentas falsas, sociedades pantalla y una red de agentes que captaban fondos.
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Europol alertó sobre el auge de estas estafas, potenciadas por inteligencia artificial y técnicas de ingeniería social para captar víctimas en todo el mundo.
Las autoridades españolas desarticularon una organización criminal dedicada al fraude de inversiones cripto que había estafado a más de 5.000 personas en distintos países.
La operación, coordinada por la Guardia Civil con apoyo de Europol y fuerzas de seguridad de Estonia, Francia y Estados Unidos, culminó con cinco detenidos y cinco allanamientos realizados en las Islas Canarias y Madrid.
La investigación comenzó en 2023 tras detectarse una estructura internacional que captaba fondos mediante transferencias bancarias, retiros en efectivo y transacciones en criptomonedas. Los estafadores operaban a través de una red internacional de representantes, que contactaban a sus víctimas por teléfono, correo electrónico y mensajes directos, ofreciendo supuestas inversiones con altas rentabilidades garantizadas.
Los fondos recaudados se blanqueaban mediante sociedades pantalla y cuentas en exchanges bajo distintas identidades. Parte de la infraestructura financiera se encontraba en Hong Kong, donde el grupo utilizaba pasarelas de pago y cuentas a nombre de terceros para mover el dinero y dificultar su rastreo.
Europol Advierte Sobre la Proliferación de Estafas Cripto
A diferencia de las estafas cripto tradicionales, esta red combinaba plataformas falsas que simulaban balances en aumento con esquemas de persuasión personalizada. Las víctimas accedían a sitios que mostraban supuestos rendimientos crecientes, pero no podían retirar sus fondos o eran obligadas a realizar nuevos depósitos para desbloquearlos.
La operación permitió confirmar que los responsables habían logrado lavar alrededor de €460 millones, equivalentes a unos $540 millones. Durante los registros, Europol recurrió a un especialista en criptomonedas para asistir en el análisis de las evidencias y las transacciones. Aunque no se revelaron detalles sobre las blockchains o activos utilizados, se sabe que las maniobras incluyeron tanto criptomonedas como transferencias bancarias convencionales.
Las autoridades europeas advirtieron que este tipo de fraudes se ha intensificado en los últimos años, impulsado por el uso de inteligencia artificial y técnicas de ingeniería social. La facilidad para crear identidades falsas y manipular datos financieros permite a estos grupos operar con alto nivel de sofisticación, amplificando su alcance más allá de la industria cripto. Los investigadores señalan que la escasa regulación y la falta de cultura financiera digital entre ciertos perfiles de inversores facilitan la proliferación de estas estafas a escala global.