Ethereum (Ether, ETH) atraviesa un punto de inflexión marcado por cuatro factores clave que condicionarán su capacidad para un giro sostenido al alza antes de que termine 2025. La caída de la actividad on‑chain y de las comisiones, la traducción de mejoras técnicas en valor para holders y la recuperación del interés institucional son los elementos que más pesan y que afectan a traders, tesorerías y gestores institucionales.
Los datos on‑chain reflejaron un enfriamiento de la capa base, con una contracción del 23% en transacciones en 30 días y una caída del 3% en direcciones activas, señales de menor dinamismo que pueden lastrar la demanda de ETH, según el análisis citado. En paralelo, competidores como Tron, BNB Chain y Solana registraron repuntes de al menos 34% en transacciones y ~15% en direcciones activas en el mismo periodo, presionando la narrativa de utilidad de Ethereum.
El cambio a Proof‑of‑Stake alteró los incentivos económicos del ecosistema: las comisiones de red pasan a ser parte de la ecuación de recompensas del staking. A comienzos de 2025, las comisiones cayeron un 88% desde un pico de $70 M por semana, reduciendo los rendimientos implícitos del staking y degradando el incentivo a bloquear ETH, según los datos citados. Definición breve: staking es el proceso por el que titulares bloquean ETH para validar la red y recibir recompensas.
¿Cómo impacta en el precio de Ether?
En el frente técnico, las actualizaciones son palancas de competitividad: el upgrade Pectra en mayo duplicó la capacidad de blobs y redujo las comisiones de Layer‑2, mientras que Fusaka prometía optimizaciones adicionales en PeerDAS en diciembre, de acuerdo con la documentación citada por medios del sector. No obstante, expertos advirtieron que sin beneficios claros para los holders, el impacto alcista de estas mejoras sería limitado.
La demanda institucional ha actuado como catalizador de precio: entradas en productos institucionales impulsaron una subida del 140% en 100 días hasta el 9 de agosto de 2024 y llevaron a ETH hasta $4.200, pero la corrección posterior a $3.200 dejó a emisores y balances en terreno negativo, reduciendo la disposición a acumular, según análisis de mercado. La reactivación sostenida del apetito institucional, incluida la afluencia a ETFs spot, fue clave para posteriores episodios de acumulación.
El mercado vigilará la materialización de las mejoras técnicas y la sostenibilidad de los flujos institucionales como próximos puntos de verificación; en particular, septiembre de 2025 fue señalado como un umbral crítico alrededor de $4.500 que podría determinar si la consolidación vira a tendencia alcista o persiste la fase lateral, de acuerdo con los análisis revisados.
