Standard Chartered calcula que hasta 1.000.000.000.000 de dólares podría trasladarse de depósitos en bancos de mercados emergentes a stablecoins en 2028. Ese desplazamiento alteraría los flujos de ahorro y la liquidez que emplean hogares, empresas y bancos centrales en esas economías. El debate se enmarca en proyecciones divergentes sobre el tamaño del mercado y en un entorno regulatorio en evolución.
Standard Chartered sitúa esa salida potencial dentro de una expansión del mercado de stablecoins hasta 2 billones de dólares de capitalización a finales de 2028. En países con monedas locales inestables, los usuarios buscan acceso al dólar con menos trámites; Geoffrey Kendrick (Global Head of Digital Asset Research) y Madhur Jha (Global Economist besides Head of Thematic Research) describen a los stablecoins como “cuentas bancarias en dólares” para muchos residentes.
JPMorgan, en cambio, estima un mercado de unos 500 mil millones de dólares para 2028 y advierte que la adopción sigue limitada y concentrada en el ecosistema cripto. Este contraste subraya la incertidumbre sobre la velocidad y el alcance de la adopción, especialmente donde el marco regulatorio y la infraestructura de pagos evolucionan con rapidez.
El impacto en el mercado de stablecoins
Una salida de hasta 1 billón de dólares desde depósitos podría generar tensiones de liquidez y aumentar el riesgo de desintermediación bancaria en economías emergentes, afectando la capacidad de los bancos para otorgar crédito local.
A su vez, el uso generalizado de stablecoins podría acelerar la dolarización digital, reducir la demanda de moneda local y restringir el control de la política monetaria.
El debate incluye propuestas como la GENIUS Act de EE. UU., que exige reservas 1:1 y, en versiones citadas, impone rendimiento cero a los emisores que cumplen la norma; Standard Chartered sostiene que la protección del capital sigue siendo clave para los usuarios emergentes.
La brecha entre la proyección optimista (2 mil millones en total) y la conservadora (500 mil millones) de JPMorgan pone en evidencia riesgos de modelado, la dependencia de la confianza en los emisores y el grado de uso en pagos reales frente a la actividad cripto.
2028 aparece como un año clave para medir la velocidad de adopción y la respuesta regulatoria. La evolución de normas como la GENIUS Act y los movimientos de liquidez en mercados emergentes serán hitos a seguir, según el análisis de Standard Chartered.