Bill Winters, CEO de Standard Chartered, situó la liquidación en blockchain como destino para todas las transacciones virtuales en la Hong Kong FinTech Week 2025. La entidad ya participa en el sandbox regulatorio y lanzó en febrero de 2025 una joint venture con HKT y Animoca Brands para un stablecoin respaldado en HKD, alineando su estrategia con la nueva Stablecoins Ordinance. Estos movimientos impactan a bancos, operadores de pagos y equipos de cumplimiento, marcando un cambio operativo en pagos y liquidaciones.
Standard Chartered forma parte del ecosistema que probará operativas de stablecoins en el sandbox del regulador iniciado en julio de 2024. La entidad amplía su oferta institucional en activos digitales: en julio de 2025 reportó trading spot de Bitcoin y Ether para clientes institucionales y su brazo de innovación considera un fondo de $250 millones para activos digitales previsto para septiembre de 2025. En febrero de 2025, la alianza con HKT y Animoca Brands abrió la vía para emitir un token HKD‑pegged orientado a reducir fricciones en pagos transfronterizos, reforzando el argumento de eficiencia en tiempos y coste.
El marco regulatorio avanzó con la aprobación de la Stablecoins Ordinance el 21 de mayo de 2025 y su entrada en vigor el 1 de agosto de 2025. La norma establece un régimen de licencias para stablecoins referenciadas a fiat con exigencias de capital, respaldo en reservas completas, segregación de activos de clientes, garantías de reembolso y controles AML/CFT. De acuerdo con el regulador, más de 40 entidades han mostrado interés, aunque se esperan menos de 10 licencias en la primera tanda a inicios de 2026, lo que anticipa una fase inicial de adopción selectiva.
Las claves para Standard Chartered y las stablecoins
La adopción de un stablecoin HKD impacta directamente en liquidez y costes: su emisión y uso en liquidaciones transfronterizas puede acortar tiempos, reducir intermediación y mitigar riesgo cambiario, de acuerdo con el argumento de eficiencia planteado por la banca.
Para compliance y reguladores, el reto es operativo: las exigencias de reservas y AML/CFT buscan minimizar riesgos sistémicos, pero también elevan barreras de entrada y costes de cumplimiento para los participantes.
Para equipos de producto e inversión, la coexistencia con otras monedas digitales exige coordinación en custodia, canales de entrada/salida de flujos y gobernanza del activo, con foco en interoperabilidad y acceso a liquidez global.
El próximo hito verificado es la entrada en vigor de la Stablecoins Ordinance el 1 de agosto de 2025 y la expectativa de licencias a inicios de 2026; la implementación práctica en wallets, custodia y órdenes compartidas determinará la velocidad real de adopción.
