Dogecoin subió 1,4 % hasta 0,21 dólares y perforó un techo que frenaba al precio desde agosto. Ese 0,21 ahora actúa como suelo y obliga a traders, gestores de fondos y equipos de cumplimiento a reajustar controles de liquidez y de exposición. El salto llegó con un volumen un 10 % por encima de la media semanal, señal de compras tempranas y mayor actividad tanto minorista como institucional.
El quiebre superó la antigua barrera de 0,2026 dólares y dejó la franja 0,2060-0,2070 como zona de demanda inmediata. En el gráfico de cuatro horas el precio de Dogecoin traza una línea ascendente desde 0,1949, lo que, junto al comportamiento de los indicadores, sugiere un respiro tras el primer empujón.
El RSI marca 58 y el MACD está por encima de cero aunque estrechando líneas, un cuadro compatible con una pausa de corto plazo. RSI mide la velocidad del movimiento; MACD compara medias móviles para ver la tendencia.
Novedades reguladas e implicaciones operativas
El mercado suma catalizadores regulados: en septiembre salió a la venta en EE. UU. el primer ETF spot de Dogecoin, el DOJE de REX-Osprey, que añade liquidez y abre entrada legal a fondos institucionales. House of Doge propone fusionarse con Brag House Holdings por 50 millones de dólares para cotizar en NASDAQ, un paso más hacia el uso formal del token en pagos y juegos. Ambas noticias facilitan acceso, custodia y reportes.
Para el cuarto trimestre de 2025 analistas dibujan objetivos en 0,25-0,33 dólares y, si la demanda se sostiene, hasta 0,40-0,61; llegar a 1 dólar requeriría un combo favorable de factores macro. Lo inmediato es comprobar que el soporte 0,2060-0,2070 aguante en las próximas sesiones, de lo que dependen ajustes de límites, márgenes y diseño de productos.
En conclusión, la validación de 0,21 como soporte, junto con nuevas vías reguladas de acceso, reconfigura liquidez y gestión de riesgo en el corto plazo, mientras los participantes vigilan la zona 0,2060-0,2070 para calibrar exposición y operativa.
