Las ballenas de XRP han ejecutado una venta masiva histórica en noviembre, deshaciéndose de un volumen récord de tokens que frenó el repunte. Según los datos en cadena de la firma de análisis Santiment, esta distribución estratégica ha generado una fuerte presión bajista inmediata en el mercado, contrarrestando el impulso alcista previo.
Durante el último mes, las billeteras que custodian entre 1 millón y 10 millones de unidades liquidaron colectivamente más de 2.200 millones de XRP. Este movimiento masivo, valorado en aproximadamente 4.110 millones de dólares, marca la mayor venta mensual registrada desde marzo de 2023. Por ende, las reservas acumuladas de estos grandes tenedores cayeron a mínimos de 32 meses, evidenciando una clara intención de reducir drásticamente la exposición al activo digital.
¿Podrá el mercado absorber esta presión de venta histórica sin colapsar?
Este escenario bajista contrasta notablemente con el reciente lanzamiento de los ETF de XRP al contado, evento que inicialmente despertó expectativas positivas. Sin embargo, el indicador NUPL cayó bajo el umbral de 0.25, situando al mercado en zona de «Miedo» según métricas de Glassnode. Esto indica que, pese a los avances en productos financieros, los inversores prefieren asegurar ganancias antes que apostar por una recuperación sostenida.
El precio de cotización actual ronda los 2.20 dólares, manteniéndose atrapado en un rango lateral bajo la estricta resistencia de 2.28 dólares. Si los compradores no logran defender el soporte vital de 2.14 dólares, la criptomoneda podría descender rápidamente hacia los 2.00 dólares. Por otra parte, superar la barrera superior abriría el camino hacia los 2.36 dólares, invalidando la perspectiva negativa actual y atrayendo nuevamente el interés de compra.
La dirección que tome el mercado en las próximas jornadas será determinante para definir si se produce una capitulación final o un rebote. Mientras la economía del token intenta estabilizarse tras la descarga institucional, la cautela sigue siendo la norma entre los operadores minoristas. De este modo, la capacidad de mantener los niveles de soporte definirá la tendencia de fin de año.
