Tether, con un valor de más de 150.000 millones de dólares, estudia dejar de meter su dinero en el gran fondo político Fairshake y entregarlo directamente a políticos. La noticia, dada a conocer el 28 de octubre de 2025, preocupa a legisladores, reguladores y equipos de cumplimiento porque cambia quién paga y quién decide qué normas se redactan para las stablecoins en EE. UU.
Tether no está contento con Fairshake después de la campaña de 2024: ese fondo gastó 133 millones en candidatos favorables a la cripto, dentro de un total de 197 millones del sector. Paolo Ardoino dijo a Bloomberg que «todo el mundo está enfadado con Fairshake», una frase que resume la grieta entre tanto dinero y los resultados que se vieron.
La empresa ha reconfigurado su plantilla y su interlocución política: fichó a Bo Hines como jefe de Activos Digitales y asesor estratégico para EE. UU.; según los informes, su trabajo es acercar a Tether al Congreso y a leyes concretas como el GENIUS Act. Al mismo tiempo, la firma baraja donar fuera de los fondos tradicionales, y entre los casos mencionados figura una posible aportación de unos 300 millones a un proyecto vinculado al Ala Este de la Casa Blanca.
Contexto, cifras y movimientos de Tether
Tether tiene dinero de sobra y peso en el mercado de liquidez para sostener esta estrategia: el 64,9 % de sus reservas está en letras del Tesoro de EE. UU. y otro 11,1 % en acuerdos de recompra con el Tesoro. Esas letras son deuda pública a corto plazo; tener tantas da a la empresa peso adicional en el mercado de liquidez y entre los actores fiscales.
El giro de donar por su cuenta y asesorar directamente trae consecuencias claras. Se parte el lobby: si cada empresa actúa por su lado, suben los costes de quienes necesitan reglas iguales para todos. Aumenta la presión sobre objetivos concretos: entregar fondos a medida y contratar ex asesores se traduce en proyectos de ley específicos, como el GENIUS Act.
Crece el riesgo reputacional y de supervisión: las donaciones grandes y visibles llaman más la atención de reguladores y auditores. La liquidez y el mercado de deuda también entran en juego: la alta exposición a letras del Tesoro mantiene viva la demanda, pero ata la estabilidad de Tether a la salud de ese mercado.
Lo próximo que hay que vigilar es cómo avanza el GENIUS Act y cómo se afianza la filial estadounidense de Tether, de ello depende que la empresa convierta su dinero en influencia normativa que dure.
